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La mayoría de las cosas que perseguimos no son las que realmente queremos
Por Shifra Hendrie, (agradecemos la gentileza de http://www.jabad.org, que nos permitió compartir este hermoso artículo).
El ritmo de la vida se ha vuelto cada vez más vertiginoso. Empleamos más y más tiempo tratando de hacer cosas, haciendo que un minuto pueda abarcar más que antes. Pero, por alguna razón, no nos sentimos ni más satisfechos ni realizados. ¿Por qué? Porque la mayoría de las veces las cosas detrás de las que corremos no son las que realmente queremos.
Y, si aquello que persigues no es lo que tú verdaderamente deseas, entonces nunca estarás satisfecho. Siempre te quedarás queriendo más.
En realidad, nunca podrás recibir suficiente de aquello que realmente no deseas.
Te pongo un ejemplo: cuando tienes muchísimas ganas de comer una galletita y comes una, la mayoría de las veces esa necesidad no queda satisfecha. De hecho, comer una sola galletita hace que a veces esas ganas sean aún mayores. Sigue leyendo