בס”ד
En el capítulo anterior:
Todo lo que la persona ha hecho en su vida hasta el momento presente, ya sea en la acción, la palabra o el pensamiento, corresponde a los primeros tres niveles del alma: néfesh, rúaj y neshamáh. Esto era claro para los kabalistas antes del Arizal. Las encarnaciones pasadas, sobre las que se enfocó el Arizal, corresponden al aspecto jaiá del alma.
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Los Peligros de la Kabaláh | Parte 1
Lo primero que debemos preguntar antes de estudiar Kabaláh es cuál es el modo correcto de hacerlo sin ponernos en peligro, dado el enorme poder, altamente energético (psicológicamente) y que puede alterar la conciencia (espiritualmente), de esta parte de la Toráh. Las pasadas experiencias nos brindan muchos ejemplos de gente que perdió la cordura o fue dañado psicológicamente por estudiar Kabaláh de una manera inapropiada. Muchos de estos individuos no eran completamente estables desde un comienzo, pero de todas maneras no hay dudas de que el estudio impropio de la Kabaláh contribuyó en cierta medida a su crisis psicológica.
En nuestra generación esto es menos frecuente, porque estas personas que no son psicológicamente estables buscan en general ayuda profesional de alguna tipo y están en alguna clase de programa de tratamiento. Pero aunque muchos peligros psicológicos ya no son más que temas de estudio, siguen existiendo peligros espirituales tales que ponen en riesgo el bienestar espiritual y por ende físico de la persona.
La Kabaláh es una Parte de la Toráh
El primer peligro radica en la noción de que es posible estudiar Kabaláh sin observar las mitzvot. El pueblo judío recibió la Toráh en el Monte Sinaí sobre la base de su declaración «naasé venishmá» (Shmot 24:7), que significa «haremos y luego entenderemos». El hacer crea los recipientes, mientras que entender trae la luz o el alma adentro de estos recipientes. Es importante entender que el propósito definitivo por el cual Di-s creó el mundo fue la formación de los recipientes, viviendo una vida buena emulando a Di-s, la esencia de la Toráh con sus 613 mandamientos para los judíos y los 7 mandamientos para la humanidad.
El intento de tener experiencias místicas o incluso proféticas sin crear los recipientes adecuados que los contengan es peligroso, porque es como crear «un alma sin un cuerpo». La mayoría de las veces estas mismas vivencias son simple ilusión, y en realidad no hay más que la imaginación de la persona trabajando. Pero si se vuelven reales entonces en esencia son el equivalente de la muerte, porque eso es esencialmente «un alma sin cuerpo».
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