En la entrega anterior:
Después de que el diario fue publicado y tuvo un éxito excepcional en todo el mundo, comenzaron a escucharse voces acerca de su falta de credibilidad…Por más gracioso que suene, la incertidumbre de su existencia o la veracidad de sus palabras son una indicación de su grandeza…La raíz de todas las almas de las que se duda su existencia, se puede decir, está arraigada en un estrato sumamente elevado en la Divinidad misma, y en lo que respecta a nosotros, su existencia depende más que nada de si lo creemos o no.
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Diario de Teshuváh
El escritor Primo Levi, sobreviviente de Aushvitz cuyos escritos también trajeron el holocausto a la conciencia de multitudes, dijo una vez:
“Una Ana Frank nos conmueve más que las historias de otros, que sufrieron como ella pero su rostro quedó en la oscuridad. Posiblemente es mejor que sea así, porque si hubiéramos podido comprender todo el sufrimiento de todas aquellas personas no hubiéramos podido sobrevivir”.
Las palabras de Levi recuerdan una idea fundamental de la sabiduría de la Cabalá conocida como la idea del “tzimtzum”, “la contracción. Cuando Dios quiso crear el mundo tenía infinitas luces con las que quería iluminarlo. Pero sabía que el mundo no iba a ser capaz de soportar todas esas luces, y se iba a destruir. Por eso Dios contrajo su luz en una línea delgada de luz, y la insertó dentro del mundo. Este hilo de luz se revela en nuestro mundo en los libros de Torá, en las palabras de los profetas, y también en la chispa Divina en cada uno y una.
Primo Levi habló sobre la contracción del sufrimiento, sobre la historia de Ana Frank como un pequeño resplandor que permite a las personas aprender acerca del holocausto de manera que no los colapse. Pero podemos llevar esta idea a un lugar positivo, más parecido a la contracción cabalística.
Si una historia personal aislada puede revelarle al mundo la oscuridad que experimentaron millones, es porque también puede revelar una gran luz.

Vivimos hoy en una generación en que muchísimas personas que estaban completamente desconectadas del judaísmo, de la fe o en general de lo espiritual –como Ana Frank y su familia- de repente se despiertan en la edad de la madurez y encuentran su camino de regreso a su origen. Al mismo tiempo, también las almas que crecieron en el seno del judaísmo, pero por diferentes motivos experimentaron una desconexión o alejamiento, lo descubren de nuevo, a su manera. Esta vivencia del despertar y el retorno a Dios es de hecho la experiencia más íntima en la psiquis del hombre. Esos momentos preciados, raros y frágiles de revelación de la raíz del alma producen chispazos de revelación Divina, nada menos que eso.
Sobre el verso del libro de Debarim (30:3)
“Y regresará Havaiá tu Dios a tus retornantes”
pregunta Rashi: “tendría que haberse escrito ‘y hará regresar a tus retornantes”. ¿Por qué está escrito “regresará”? La respuesta de Rashi: “Es tan grande el día del kibutz galuiot, la recolección de los exiliados, y a duras penas, como si fuera ‘Él [Hashem] mismo tiene que ser el que traiga de las manos tal cual a cada uno y uno desde su lugar’”. La reunión del exilio físico y espiritual de las almas de Israel se realiza de tal manera que Hashem mismo, como si fuera, acompaña a las almas desde donde se encuentran de regreso a casa.
En nuestra generación, todo aquel que logra experimentar un despertar espiritual como este, tiene que transmitirlo verbalmente o por escrito, para que otras personas también puedan probar de sus mieles
“Prueben y ven que bueno es Hashem” (Salmos 34:9)
Así como el diario de Ana Frank le transmitió a millones una idea de las dificultades de los judíos, como así también la confianza en la vida a pesar de las dificultades, así los diarios de teshuvá pueden transmitir a muchos la fe en lo que está por encima y más allá de la vida, la luz Divina que le da a la vida el motivo y el significado.
La escritura de un diario de teshuvá es diferente de la escritura de un diario común, porque en él tenemos que tratar de expresar en palabras aquello que no se puede expresar, decir algo imposible de decir. En otras palabras, en la escritura de este tipo, lo que no se escribe es más significativo que lo que se escribe. Pero esto no tiene que disuadirnos del intentarlo. Las palabras que salen del corazón entran en el corazón, y esto es cierto incluso en cuanto a lo que no se dice explícitamente, sino un susurro entre líneas.
CONTINUARÁ
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