Hay perfección humana? El camino a la integridad – ’Hukat 5776

B»H

Queridos lectores OrEinSof.com,

Nos complace compartir con vosotros un artículo inédito sobre la parashá,  elaborado por nuestro buen amigo y colaborador, Jaim Yeudáh (Jaume) Folch.

Por: ‘Haim Yehudá Ben-Abraham
«Lo siguiente es declarado para ser el decreto de la Torá tal como fue ordenado por D’ios: Habla a los israelitas y haz que te traigan una vaca completamente roja, que no tenga imperfección, y que no haya nunca tenido un yugo sobre ella.» [Números 19: 2];
http://www.es.chabad.org/parshah/torahreading.htm
«זֹאת חֻקַּת הַתּוֹרָה, אֲשֶׁר-צִוָּה יְ-הוָה לֵאמֹר:  דַּבֵּר אֶל-בְּנֵי יִשְׂרָאֵל, וְיִקְחוּ אֵלֶיךָ פָרָה אֲדֻמָּה תְּמִימָה אֲשֶׁר אֵין-בָּהּ מוּם, אֲשֶׁר לֹא-עָלָה עָלֶיהָ, עֹל.» [Bamidbar 19:2]
A cada uno de nosotros, HaShem nos pide que seamos «como la vaca roja»,  «tamim» (íntegros) [Deuteronomio 18:13]. Aun así, Él nos permite tener dudas,jukat1 contradicciones, y hasta caídas por el camino, ya que incluso el llamado Tzaddik (justo) «cae siete veces y se levanta» [Proverbios 24:16]. Precisamente, este versículo tiene la misma guematria (valor numérico) que las letras que forman «Mashíaj» (מם שין יוד חית = 878), ya que el Mashíaj es llamado «Mashíaj Tzidkenu», el justo Mashíaj; él también cae y se levanta [http://www.dimensiones.org/canales/vidmodrn/heijalot/heijalot27.html].
La clave, como siempre, está en la Torá: en Salmos hay la clara afirmación «La Torá de HaShem es perfecta (temimá), restaura el alma» [Tehilim 19:8]. Vinimos a este mundo para lidiar con la imperfección con la ayuda de la Torá; lo único que nos permite realmente restablecer plenamente la relación con el Eterno es reconocer el valor de la imperfección para la Redención, entender por qué HaShem nos quiso traer al Mundo Presente: para que sepamos el valor de nuestra perfectibilidad (la posibilidad de mejorar, sin nunca ser perfectos como jukat2Él, como quisimos creer de las palabras de la Serpiente [Bereshit 3:5]), reconciliarnos con nuestra humanidad, para luego, desde la verdadera humildad, conociendo el lugar que nos corresponde, corregirnos, y vivir entonces la vida de refinamiento –“Edén” significa “refinamiento” (aprendido de Rav Nissan Ben-Avraham [https://www.facebook.com/nissan.ben.avraham?fref=ts])– que nos prometió HaShem desde los tiempos del primer hombre [Bereshit 2:15]. Entonces, con la armonía restaurada y el conocimiento de cómo mantenerla, ya estaremos preparados para superar las apariencias, lo que la visceralidad ahora nos dice: que la muerte, consecuencia de nuestra falta de integridad con HaShem, es algo inevitable, implacable; paradójicamente, una muerte inmortal…
jukat3Pero no! de ninguna manera! De los Sabios y los Profetas, de la misma Torá, sabemos que la situación normal y el destino para el ser humano es la eternidad, del cuerpo y el alma, un plan que inicialmente también era para el Mundo Presente, y que, a pesar de todo, tenemos garantía sellada por el Eterno de que se manifestará en el Mundo Venidero. La muerte, cúspide de lo pasajero y engañoso, morirá, y una vez alcanzada la rectificación emocional [Tikún haLev] y la corrección del conocimiento [Daat], nos reencontraremos con Elokim ‘Haim [D’ios de la Vida], el D’ios Eterno de la Vida Eterna, de la Vida Verdadera:
«[El Eterno] [d]estruirá la muerte para siempre; y enjuagará el SEÑOR toda lágrima de todos los rostros: y quitará la afrenta de Su Pueblo de toda la tierra: porque el SEÑOR lo ha dicho» (Isaías 25:8).
El 7 de Tamuz de 5776, fue el día de mi 42º aniversario*. Que el Eterno os bendiga a todos, judíos y gentiles, y esté con nosotros a lo largo de un camino armónico hacia la integridad, hacia la verdadera Vida y tener el deleite de Su Presencia.
(*: Nací en Parashat ‘Hukat 5734. Mi adolescencia implicó una confrontación dura con la mortalidad, y muchos años más tarde, ya adulto, entré en contacto con la Torá y su mensaje de verdad, armonía y bondad que me impulsó de forma decisiva en este proceso de restauración del alma en el que todos estamos inmersos.)

https://m.facebook.com/jaume.f.mola

Hacia el tikún, con los hermanos de los Patriarcas

 

B»H

Queridos lectores OrEinSof.com,

Nos complace compartir con vosotros otro articulo, elaborado por nuestro buen amigo y colaborador, Jaim Yeudáh (Jaume) Folch.

 

Jaume Folch Mola

Jaim Yeudáh, es Físico y estudiante de la Torah y la mística Judía, desde hace ya muchos años.

Podéis ver entradas anteriores de el sobre Torah uMada (Torah y Ciencia) Haciendo click aquí.

Esta vez, nos explica una prueba muy interesante que el Rav Ginsburgh encontró, dentro de uno de los versículos más eminentes del Judaísmo.  Una prueba, que ilumina la historia de la humanidad con una luz nueva y reveladora!

 

 

 

Hacia el tikún (rectificacion), con los hermanos de los Patriarcas

Vivir la Toráh implica reconocer el inmenso poder de la palabra y realizar su uso a plena consciencia.

  • La primera lluvia en la tierra fue resultado de la oración de Adam [1]
  • la afección de la “lepra” podía ser producto del “lashon hará” (hablar indebidamente de alguien) [2]
  • los Sabios establecieron tres tiempos fijos del día de oración para alimentar espiritualmente al mundo [3]

Esa capacidad de impacto radica en que en Lashon HaKódesh (לשון הקודש), la Lengua sagrada de la Toráh, las palabras son fórmulas Divinas que sostienen la esencia de cada realidad nombrada. Para entenderlo, un hombre al mismo tiempo puede ser “Avraham” para su esposa, “padre” para su hijo, y “Avi” para su hermano. Sus nombres manifiestan sus distintas formas de relacionarse en el mundo. Análogamente, los nombres de HaShem son formas de Su manifestación en el mundo, expresiones de la manera como los humanos nos relacionamos con Él, y en consecuencia de como Boré olam [בורא עולם, el Creador del universo] es percibido en el corazón del hombre en Su sostenimiento del mundo material. Las lenguas de las naciones presentan similitud de usos a Lashon haKódesh [la Lengua Sagrada]. Podemos decir que, si en Hebreo la palabra hace la cosa, en las otras lenguas no hace la cosa, pero contribuye a ello. En ese contexto, podremos entender la gran importancia de unos jidushim [חידושים, innovaciones] de Rav Yitz’hak Ginsburg en relación a los principales lemas de fe de las tradiciones de Israel e Islam y sus respectivos usos de los nombres del Creador, visiones que presentan diferencias desde los tiempos de sus fundadores, y las consecuencias que esto acarrea para la humanidad.

El nombre “Alá” ([el] D-ios) proviene de una antigua raíz semítica. En tiempos del paganismo pre-islámico, “Alá” hizo referencia a un dios creador [4]. Actualmente es utilizado por todos los áraboparlantes, incluidos los que son judíos, como término referente a D-ios. En el Islam, cuando se recita la declaración de fe “Alahu Akbar”, en el llamado a la oración des de la mezquita, o en el momento antes de morir, se está proclamando “D-ios es (el) más grande”. Rav Ginsburg afirma que el nombre “Alá” está relacionado con el nombre “Elokim” (אלוקים) de la Torá. Es el nombre que expresa la Transcendencia de HaShem, que incluye Su acción como Creador del universo –“Elokim” en Hebreo tiene valor numérico 86, el mismo que la expresión “hateva” (הטבע, la naturaleza), y en general Su manifestación a través del rigor y el juicio. De acuerdo al Rabino Eliezer Melamed, en el Islam esto tiene la siguiente traducción práctica [5]:

El poder y la espada juegan un papel central en la religión musulmana, haciendo hincapié en la fuerza física de la religión, y en resaltar la grandeza y el honor de D-ios al imponer sus creencias a toda la humanidad. Incluso las llamadas a la oración a través de altavoces por el muecín día y noche, son una expresión de la imposición de la religión sobre áreas extensas, tanto hacia sí mismos, como a todos los demás [4].”

De manera que, en su declaración de fe, los musulmanes implícitamente están afirmando que “la manifestación más grande de lo Divino es la del rigor y la justicia”. Se trata de una descripción de la Esencia de la realidad que no es adecuada si se pretende su aplicación práctica sin la ponderación adecuada, pudiendo llegar a niveles de destrucción física y moral extremos como los que el mundo sufre en el presente.

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Significativamente, en cambio, la principal declaración de fe del Pueblo judío, el Shemá, afirma: “Shemá [escucha] Israel, HaShem Elokeinu, HaShem E’had” (שמע ישראל ה׳ אלהינו ה׳ אחד). La expresión “HaShem” sustituye el nombre impronunciable del Creador, “Havayá”, que es el más elevado y que precisamente expresa la manifestación Divina a través de la misericordia. “HaShem Elokeinu” nos dice que “(nuestro) D-ios, en su manifestación de rigor y justicia (Elokeinu), se trata del mismo Creador manifestándose a través de la misericordia (HaShem)”; ambos aspectos están ligados y encuentran ponderación el uno en el otro. “HaShem E’had” nos dice literalmente que HaShem es Uno, pero además que Él conduce el mundo de una manera unitaria: armónica, holística, coherente. También es muy revelador el hecho que el valor numérico de “E’had” sea el mismo que “ahavá” (אהבה, “amor”), por lo que esta parte del versículo se puede entender también como “HaShem se revela como amor”. Estas dos partes del Shemá desmienten la visión extendida en los sectores del Cristianismo que afirman que el Creador se manifiesta en la Toráh con un rigor implacable, como también refutan los concluyentes Trece Atributos de Misericordia del Eterno [6].

Vinculado a todo lo anterior, Rav Ginsburg nos innova que el valor numérico del Shemá es 1118, que se puede obtener de las dos multiplicaciones 26*43 y 86*13.

Respecto del primer producto, 26*43, 26 es el valor de guematria del Nombre de HaShem, y 43 es la guematria de “gadol” (גדול, grande), de manera que el Shemá nos está diciendo a través de su valor numérico “HaShem Gadol” (1118 = ה׳ * גדול): “la expresión del Creador a través de la misericordia es grande (en relación a las demás)”, diferente de la visión islámica “Alla hu Akbar”, “la expresión del Creador a través del rigor y la justicia es (la más) grande”. A propósito de este matiz, Rashi nos enseña lo siguiente [7]:

La Toráh no nos dice «En el comienzo HaShem creó…» [sinó “en el comienzo Elokim creó”, בראשית ברא אלוקים], porque en un inicio fue Su intención crear el mundo con Su atributo de justicia; [pero luego] Él percibió que el mundo no lo aguantaría, por lo que le antepuso el atributo divino de misericordia [expresado por el nombre “HaShem”], combinándolo a la expresión divina de justicia, y ese es el motivo por el que está escrito en el capítulo 2:4: «En el día en que HaShem Elokim hizo la tierra y el cielo» (ביום עשות ה׳ אלוקים ארץ ושמיים).

En relación a la segunda multiplicación, 86*13, como hemos visto 86 es la guematria de “Elokim”; y 13 es precisamente la guematria de “E’had/ahavá” (אחד / אהבה), de manera que con ese producto, “Elokim E’had” o “Elokim ahavá” (1118 = אלקים * אחד), el Shemá nos dice “la manifestación de D-ios a través de la justicia es holística, coherente y completa / está vinculada a Su amor y acción benevolente”. De ahí podemos ver que la justicia de D-ios, bien entendida, nos impele a actuar con fervor benéfico, una pasión de hecho presente en el Islam.  Como dice el Rabino Eliezer Melamed [7]:

Los fundamentos de la religión [del Islam] se derivaron del judaísmo, y fueron adaptados al carácter de la nación árabe. Estos aspectos positivos y su contribución al mundo merecen un estudio, para aclarar lo útil que el valor del honor podría ser para el mundo moderno, cuyos problemas en gran parte provienen de la falta de respeto a D-ios y la dignidad humana. El derecho a la libertad no es un sustituto del honor perdido. El derecho a la dignidad en una sociedad democrática se expresa simplemente absteniéndose de humillar a alguien; carece de sentido positivo. Esto permite una sensación de apatía, la arrogancia y el desprecio por los demás y sus valores.

En la época actual, hay extendidas dos distorsiones reactivas y constrictivas opuestas que contribuyen a mantener a Israel y el resto de la humanidad en el exilio espiritual. Unos perciben una “realidad” sin D-ios, regida impersonalmente por leyes indiferentes al ser humano donde a la postre se pierde sensibilidad a la distinción entre el bien y el mal; esta visión de relativismo nihilista tiene una fuerte presencia en occidente, e influye a todo el mundo. Otros se vinculan con D-ios, pero se someten a lo que entienden por autoridad Divina sesgando su idea de justicia hacia el exceso de severidad; no es infrecuente que en el Islam se manifieste una mentalidad rigorista de este tipo en el ejercicio del poder. A la postre, ambas visiones colapsan en la asunción de un mundo que se debate entre la anarquía y la ley del más fuerte, en oposición al progreso de la humanidad.

Cuando los descendientes de Ismael proclaman «Alahu Akbar», están revelando el tipo de relación que ellos como pueblo necesitan establecer con D-ios, una que elimine la anarquía a través del rigor y la justicia. Pero cuando esta necesidad no puede ser canalizada constructivamente, puede llegar a manifestarse como una distorsión de la justicia violenta y brutal, como se puede interpretado del versículo «será como un asno salvaje. Su mano contra todos, y la mano de todos contra él» [9]. Su gran pasión, heredada de Abraham, sólo puede ser reconducida con el rigor de Sará [10]. Dado que Sará no es la madre de Ismael, sino de Isaac, es el Pueblo de Israel, heredero de Isaac, quien firmamente debe ejemplificar el camino de la correcta disciplina a los descendientes de Ismael. La fórmula a aplicar nos la prescribe el rey David en uno de sus Salmos [11; 12]:

“HaShem oz (עוז) leamó yitén, HaShem yevarej et amó baShalom” (“HaShem dará fuerza a Su pueblo, HaShem bendecirá a Su pueblo con paz”)

Tefilin

Cuando Israel revele plenamente la perspectiva del Shemá y la despliegue completamente en su cometido de trasformar la realidad, siendo asertivo con Ismael en su propio lenguaje ejerciendo fuerza y vigor (עוז, “oz”), esto llevará al mundo a la consciencia de que la promoción con firmeza de la justicia del Eterno, ejercida en los términos del Shemá y de la Toráh, revela Su incondicional benevolencia en el mundo, y así D-ios nos traerá a la Redención con misericordia, la definitiva Gueulá beRahamim (גאולה ברחמים).

 

REFERENCIAS

[1]: Rashi sobre el Talmud, ‘Hulin 60b.

[2]: Talmud, Arajin 15b.

[3]: Basado en la Mishná, Berajot 4:1.

[4]: Roger W. Stump, The Geography of Religion, p. 60.

[5]: “Israel, the West and Islam”, R’ E. Melamed; http://www.israelnationalnews.com/Articles/Article.aspx/18115#.VnxCKxXhC01

[6] Shemot 34:6-7.

[7]: Rashi en Bereshit 1:1.

[8]: Ver ref. [4].

[9]: Genesis 16:12.

[10]: “Chaya Sarah: Ishmael – How Does it End ?”, Meaninglful Life Center; https://www.meaningfullife.com/spiritual/chaya-sarah-ishmael-end/

[11]: Salmos 29:11.

[12]: Cita inspirada en ref. [5].

La Cábala de la adicción: Galletitas y Manzanas

                                                                                                              B»H
La mayoría de las cosas que perseguimos no son las que realmente queremos
Por Shifra Hendrie, (agradecemos la gentileza de http://www.jabad.org, que nos permitió compartir este hermoso artículo).

El ritmo de la vida se ha vuelto cada vez más vertiginoso. Empleamos más y más tiempo tratando de hacer cosas, haciendo que un minuto pueda abarcar más que antes. Pero, por alguna razón, no nos sentimos ni más satisfechos ni realizados. ¿Por qué? Porque la mayoría de las veces las cosas detrás de las que corremos no son las que realmente queremos.

Y, si aquello que persigues no es lo que tú verdaderamente deseas, entonces nunca estarás satisfecho. Siempre te quedarás queriendo más.

En realidad, nunca podrás recibir suficiente de aquello que realmente no deseas.galletitas

Te pongo un ejemplo: cuando tienes muchísimas ganas de comer una galletita y comes una, la mayoría de las veces esa necesidad no queda satisfecha. De hecho, comer una sola galletita hace que a veces esas ganas sean aún mayores. Sigue leyendo

Los frutos cosmológicos del uso de un marco teórico unificado de la gravitación y el electromagnetismo del Rabino Abraham Israel

Shalom, queridos lectores: este formidable artículo es una colaboración de Jaume Folch, quien ya ha publicado otros artículos en Oreinsof.com. La capacidad de la Torá de acercarnos a la comprensión de los puntos más ocultos de la realidad es apasionante. Recomendamos leer hasta el final.

En la Comunidad Israelita de Barcelona, en Cataluña, nos encontrábamos en la fiesta de Sukkot del año 5775. Los habituales de la Comunidad pudimos conocer a Abraham Israel, doctor en matemáticas y empresario del moshav Or Haganuz en Israel, que nos explicó cual fue el impulso que le hizo buscar intensivamente respuestas en la Torá: estando él y sus colegas científicos preparando un telescopio para hacer una observación del espacio, comprobaron que, inadvertidamente, el telescopio tenía una ligerísima desviación en el punto del espacio enfocado. Al grupo de investigadores se les ocurrió observar qué imagen mostraba el telescopio, y lo que vieron se alejaba tanto del conocimiento previo que ellos tenían del universo, y les telescopiohizo dar cuenta con tal impacto de que lo que el ser humano conoce del espacio es una porción tan ínfima, que todos se preguntaron: cúal es el objetivo para el hombre en este mundo? Que significa toda esta inmensidad creada por el Eterno para nosotros y nuestras vidas?. Esa experiencia a caballo entre lo medible y lo místico provocó que prácticamente todos los científicos allí presentes empezaran un proceso de búsqueda espiritual, que llevó a Abraham Israel a adentrarse en la Torá. Sigue leyendo

Libros: Lectures on Torah and Modern Physics

B»H

Esta reseña se la agradecemos a nuestro querido amigo Jaume Folch.  Torah and Physics

El libro “Lectures on Torah and Modern Physics” de Rav Ginsburg es un libro compendio de relaciones que el autor establece entre conceptos de la física moderna y elementos de la Torá en general y de la Kabalá en particular, que el Rav detalló a modo de conferencias en los Estados Unidos. La obra ejemplifica como no sólo es posible, sino que puede ser fecundo, tanto para el mundo de la Torá como el de la física moderna, entrelazar los conocimientos y conceptos de uno y otro campo.

En uno de los primeros capítulos, Rav Ginsburg define en cuales aspectos establecidos por la física clásica son disruptivas la relatividad especial, la relatividad general, y la física cuántica. Previamente, atribuye a cada una de estas teorías uno de los tres mundos de los cuatro en que la Kabalá divide la realidad: el Mundo de la Acción (Asiá) a la relatividad especial, el Mundo de laFormación (Yetzirá) a la relatividad general, i el Mundo de la Creación (Briá) a la física cuántica. El Rav nos hace dar cuenta de que, puesto que la relatividad especial altera nuestra visión del tiempo i la longitud, eso le pertenece al Mundo de la Acción. En cuanto a la relatividad general, ésta modifica nuestra concepción del espacio; y respecto al mundo de la Creación, qué más adecuado que aplicarle la física cuántica, puesto que ésta nos hace repensar qué es la materia? Sigue leyendo

Columnist@s invitad@s | Tu beAv y el arco iris espiritual

BSD

“Rabino Shimón ben Gamaliel dijo: ningún día fue tan festivo para Israel como el 15 de Av y Iom Kipur” (Taanit 30b)

Pregunta la guemará: «Cierto, y aunque es un día de ayuno, el día de Kipur es un día de alegría, ya que D-os proporciona perdón y expiación para los pecados de Israel y, según la tradición, las segundas tablas de la Ley fueron entregadas ese día. Pero…

¿Cuál es el motivo de alegrarnos el 15 de Av?”

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Shavuot o la metáfora del converso

Nuestros sabios nos enseñan que el período de tiempo que va de Pésaj a Shavuot forma parte de una única entidad, como si fuera un Jol Hamoed de cincuenta días. Efectivamente, la fiesta de Shavuot también es llamada Atzeret, fin de fiesta, como el final de la festividad de Sukot, llamado Sheminí Atzeret, es decir, “en el octavo pararás”.

La Jasidut nos enseña la importancia del séptimo día, ya que nos revela el lazo existente más allá de la realidad que une a D-os y a Israel. Pero, así como el siete es símbolo de una manifestación de orden natural, el ocho simboliza la relación que transciende la racionalidad.

Cuando estudiamos Toráh transcendamos la realidad y la racionalidad, y creamos un espacio íntimo entre el Creador y nosotros.

En Shavuot el Creador nos entrega la Toráh. Pero esto no es suficiente. Todo dador necesita un receptor, y tan importante es que D-os nos dé la Toráh, como que nosotros la recibamos a través de su estudio.

La recepción de la Toráh está simbolizada por el converso, y así nos lo quieren dejar bien claro nuestros sabios, instaurando la lectura de Meguilat Ruth en Shavuot. Por si alguien no queda convencido de esto, nuestros sabios nos dejaron otra pista:

La entrega de la Toráh se relata en parashat Yitro, también converso.

Los mayores y más ilustres comentaristas, targumistas, talmudista y otros “istas”, también son conversos o hijos de conversos. Recordemos a Onkelos, a Rabí Akiva o a Rabí Meir.  

Pero el converso, no nos confundamos, es sólo una metáfora: la metáfora del recibir. Como dijimos anteriormente, D-os no da la Toráh en Shavuot, pero esto no basta, tenemos también que recibirla.

¡Seamos todos, pues, como conversos, para recibirla Toráh!

¡Shabat Shalom y Jag Shavuot Sameaj!

Moriah Mazal, Barcelona

תורה ומדע /tɔ’ra uma’da/ Torà i ciència (5)

בס”ד

[Castellano: al final de la publicacíon]

En el capítol anterior: El Dr. Schroeder estudia etimològicament les estructures repetides “hi hagué vespre, i hi hagué matí, dia X”, i veu que “vespre” en Hebreu és “érev”, que està relacionat amb els termes “barreja”, “desordre” i “mescla”, mentre que matí és “bóker”, i està relacionat amb “discernible”, “ordenat” i “distingible”. Si t’has perdut alguna part anterior, recupérala punxant aquí.

ה. Més sobre la creació i el temps (part II)

Una de les perspectives del judaisme sobre el temps i el seu transcurs ens diu que l’Etern re-crea l’univers i el sosté en existència a cada fracció de temps [i]. Què ens dicta aquesta visió sobre la naturalesa del temps? Això ens informa de que el temps està compost per “segments” de manera similar als fotogrames d’una pel·lícula, fet que implica una concepció de temps on aquest no és un continu. Hi ha algun concepte de la física moderna que s’acosti a aquesta visió judaica? El concepte de “temps de Planck” i les teories del cosmòleg Julian Barbour ens permeten donar resposta afirmativa a aquesta pregunta.

Analitzem-ho una mica. Segons la física quàntica, el “temps de Planck” és la unitat mínima de temps amb sentit físic. Aquesta unitat mínima de temps es defineix com el temps que triga la llum (1) en viatjar una longitud igual a la “longitud de Planck” (2) [ii].

La longitud de Planck és la longitud mínima amb sentit físic. Així, si prenem la longitud
mínima (longitud de Planck) i la dividim per la velocitat més gran (la velocitat de la llum) obtenim el valor del temps de Planck: uns 10E-35, és a dir,

0.0000000000000000000000000000000000000000001 segons.

Aquesta xifra encaixa molt sobradament amb la percepció humana del pas del temps com un continu. Per tant, per sota del valor de Planck el temps deixa d’existir tal i com el coneixem; significativament, la cosmologia acadèmica considera que quan l’univers tenia una vida més curta que el temps de Planck, les quatre forces fonamentals de la física es trobaven unificades en una de sola (3).

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Columnistas Invitad@s | Hoy, si escuchan Su voz

בס”ד

Praderas de Israel cuando va llegando Pésaj, con kalaniyot כלניות las flores típicas.

“Este mes será para vosotros el inicio de los meses; será para vosotros el primero de los meses del año” Shemot 13:3. 

La palabra jódesh, mes en hebreo,  comparte raíz con la palabra jadásh, que significa nuevo. Eso implica que cada mes se renuevan las fuerzas que rigen los meses. Cuando comprendemos cuáles son estas fuerzas, las podemos emplear para fluir con ellas, y también para realizar el trabajo espiritual que corresponde a cada período del año.

Lo que conocemos por tiempo se renueva constantemente, de manera cíclica: existe el ciclo de los días, de las semanas y de los meses.

Cada ciclo nos aporta una renovación diferente: cada noche antes de acostarnos podemos “rebobinar” y repasar mentalmente lo sucedido durante el día para ver qué puntos podemos mejorar, cuáles cambiar… quizás, hacer nuevos planes para mañana, evitando caer en los errores de hoy.

Los viernes por la tarde, antes de Shabat,  es un buen momento para “repasar” nuestra semana, verla con más claridad, pensar qué nos hizo reír, qué nos hizo llorar… con qué queremos quedarnos, y qué queremos dejar atrás.

Cuando acaba el mes, podemos aprovechar para “revisar” nuestros actos, esclarecer nuestras acciones… recordar qué de lo que nos propusimos el mes anterior se hizo realidad, qué necesita aún madurar.

El mes de Nisán es el primero de los meses del año: doce meses dejamos atrás, y doce más nos esperan. Nisán es un mes de limpieza interior, para desprendernos de lo que una vez nos sirvió, pero HOY ya no nos sirve.

Nisán es el mes del HOY, y no ayer, HOY, y no mañana.

Esto recuerda la famosa historia del Talmud, en que Yehoshúa ben Levy habla con Mashíaj y le pregunta por su llegada, y éste le responde:

Hoy, si escuchan Su voz”.

¿Qué voz? La voz de D-os. Cuando nos volvemos hacia D-os, nos volvemos más conscientes de estar viviendo en un presente continuo, donde todo nos es dado, donde la vida es un regalo. Como decimos cada mañana antes del Shemáel Creador regenera cada día su Creación.

La palabra que el libro de oraciones utiliza en hebreo para regenerar es “mejadésh”, también de la raíz jadásh. Nosotros somos creados a cada momento, y nos hacemos cómplices de la creación cuando somos capaces de vivir el HOY.

Nisán, a caballo entre el año que dejamos atrás y el año que apenas vislumbramos, nos brinda la posibilidad del HOY, ciertamente, si escuchamos Su voz.

¡Que tengáis tod@s un buen y renovador mes de Nisán!

– Moriáh Mazal, Barcelona.

Columnistas Invitad@s | Hueso Indestructible

בס”ד

Cuenta el midrash que el Emperador Adriano sabía de la existencia de un hueso con propiedades extraordinarias, y decidió preguntar a los sabios de Israel. Se dirigió a Rabino Yehoshúa ben Janania y le preguntó: ¿A partir de qué parte del cuerpo Di-s empezará la resurrección?  Rabino Janania le respondió: “Del hueso que hay en el extremo superior de la columna vertebral, llamado Luz«. Adriano replicó: “Dame un prueba de que esto es verdad”. Rabino Janania agarró uno de estos huesos, y lo puso en agua, pero no se ablandó. Lo puso en fuego, pero no se consumió. Intentó molerlo, pero fue en vano. Lo colocó en un yunque, pero el yunque se quebró.

Con esto Rabino Janania demostró que el hueso Luz es como una semilla de origen divino, a través de la cual el cuerpo se reconstruirá en el tiempo de la resurrección de los muertos (Bereshit Rabá 328).

Veamos cuál es la explicación de Rabino Ginsburg,  extraída del libro «Body, Mind and Soul»:

«Nuestros sabios enseñan que existe un hueso indestructible en la parte de arriba (o, según ciertas opiniones, en la parte de abajo) de la columna vertebral, a través del cual el cuerpo resucitará al final de los días.

Puede llamarse עצם הלוז /etzem haLuz/, hueso luz* o también לוז של השדרה /luz shel shidráh/, luz de la columna (vertebral), según Vayikrá Rabbáh 18:1.

El valor numérico de etzem haLuz es 248, el número de miembros –según nuestros sabios– del cuerpo humano, que corresponden a los 248 preceptos positivos de la Toráh. Así, este hueso comprende todos los miembros del cuerpo.

En terminología moderna podemos decir que, de este hueso eterno, lo más esencial [1] es la descripción totalmente codificada de hombre en una molécula de ADN. De esta molécula esencial, el hombre podrá, en el tiempo de la resurrección, volver a la vida.

En efecto, la parte más potente del ADN en el cuerpo es la médula ósea, que corresponde a la sefiráh de jojmáh, sobre la cual se dice “ellos morirán, pero no con jojmáh (Job 4:21). Incluso después de la muerte física, no sólo el hueso luz no muere, sino que asegura la futura reconstitución del cuerpo entero.    

El valor numérico de luz shel shidráh, 882, corresponde a dos veces la palabra emét (verdad, 441).

En Kabaláh y en Jasidismo, la verdad implica la vida eterna, ya que la verdadera verdad no tiene fin. De Yaakov, “el hombre de verdad” se dice que “Yaakov nunca murió”. Dos veces emét implica resurrección y vida eterna en dos planos simultáneos, en el plano físico y en el espiritual

Esto converge con la opinión de Najmánides (y de la Kabaláh y Jasidismo) que con la resurrección de los muertos, no sólo el alma, sino también el cuerpo, vivirán para siempre»

-Moriáh Mazal, Barcelona

(*) No nos referimos a la palabra «luz» en castellano, como luz eléctrica, sino a la transliteración de la palabra hebrea לוז /luz/, en la que el sonido «z» no corresponde a la zeta castellana… y que significa avellano, avellana; y también esencia, parte principal o núcleo

[1] En hebreo, la palabra hueso (etzem) es la misma para: esencia, y también puede serlo para objeto, lo esencial, lo fundamental, meollo (lo más importante de algo).