B»H
Queridos lectores OrEinSof.com,
Nos complace compartir con vosotros un artículo inédito sobre la parashá, elaborado por nuestro buen amigo y colaborador, Jaim Yeudáh (Jaume) Folch.
Por: ‘Haim Yehudá Ben-Abraham
«Lo siguiente es declarado para ser el decreto de la Torá tal como fue ordenado por D’ios: Habla a los israelitas y haz que te traigan una vaca completamente roja, que no tenga imperfección, y que no haya nunca tenido un yugo sobre ella.» [Números 19: 2];
http://www.es.chabad.org/parshah/torahreading.htm
«זֹאת חֻקַּת הַתּוֹרָה, אֲשֶׁר-צִוָּה יְ-הוָה לֵאמֹר: דַּבֵּר אֶל-בְּנֵי יִשְׂרָאֵל, וְיִקְחוּ אֵלֶיךָ פָרָה אֲדֻמָּה תְּמִימָה אֲשֶׁר אֵין-בָּהּ מוּם, אֲשֶׁר לֹא-עָלָה עָלֶיהָ, עֹל.» [Bamidbar 19:2]
A cada uno de nosotros, HaShem nos pide que seamos «como la vaca roja», «tamim» (íntegros) [Deuteronomio 18:13]. Aun así, Él nos permite tener dudas, contradicciones, y hasta caídas por el camino, ya que incluso el llamado Tzaddik (justo) «cae siete veces y se levanta» [Proverbios 24:16]. Precisamente, este versículo tiene la misma guematria (valor numérico) que las letras que forman «Mashíaj» (מם שין יוד חית = 878), ya que el Mashíaj es llamado «Mashíaj Tzidkenu», el justo Mashíaj; él también cae y se levanta [http://www.dimensiones.org/canales/vidmodrn/heijalot/heijalot27.html].
La clave, como siempre, está en la Torá: en Salmos hay la clara afirmación «La Torá de HaShem es perfecta (temimá), restaura el alma» [Tehilim 19:8]. Vinimos a este mundo para lidiar con la imperfección con la ayuda de la Torá; lo único que nos permite realmente restablecer plenamente la relación con el Eterno es reconocer el valor de la imperfección para la Redención, entender por qué HaShem nos quiso traer al Mundo Presente: para que sepamos el valor de nuestra perfectibilidad (la posibilidad de mejorar, sin nunca ser perfectos como Él, como quisimos creer de las palabras de la Serpiente [Bereshit 3:5]), reconciliarnos con nuestra humanidad, para luego, desde la verdadera humildad, conociendo el lugar que nos corresponde, corregirnos, y vivir entonces la vida de refinamiento –“Edén” significa “refinamiento” (aprendido de Rav Nissan Ben-Avraham [https://www.facebook.com/nissan.ben.avraham?fref=ts])– que nos prometió HaShem desde los tiempos del primer hombre [Bereshit 2:15]. Entonces, con la armonía restaurada y el conocimiento de cómo mantenerla, ya estaremos preparados para superar las apariencias, lo que la visceralidad ahora nos dice: que la muerte, consecuencia de nuestra falta de integridad con HaShem, es algo inevitable, implacable; paradójicamente, una muerte inmortal…
Pero no! de ninguna manera! De los Sabios y los Profetas, de la misma Torá, sabemos que la situación normal y el destino para el ser humano es la eternidad, del cuerpo y el alma, un plan que inicialmente también era para el Mundo Presente, y que, a pesar de todo, tenemos garantía sellada por el Eterno de que se manifestará en el Mundo Venidero. La muerte, cúspide de lo pasajero y engañoso, morirá, y una vez alcanzada la rectificación emocional [Tikún haLev] y la corrección del conocimiento [Daat], nos reencontraremos con Elokim ‘Haim [D’ios de la Vida], el D’ios Eterno de la Vida Eterna, de la Vida Verdadera:
«[El Eterno] [d]estruirá la muerte para siempre; y enjuagará el SEÑOR toda lágrima de todos los rostros: y quitará la afrenta de Su Pueblo de toda la tierra: porque el SEÑOR lo ha dicho» (Isaías 25:8).
El 7 de Tamuz de 5776, fue el día de mi 42º aniversario*. Que el Eterno os bendiga a todos, judíos y gentiles, y esté con nosotros a lo largo de un camino armónico hacia la integridad, hacia la verdadera Vida y tener el deleite de Su Presencia.
(*: Nací en Parashat ‘Hukat 5734. Mi adolescencia implicó una confrontación dura con la mortalidad, y muchos años más tarde, ya adulto, entré en contacto con la Torá y su mensaje de verdad, armonía y bondad que me impulsó de forma decisiva en este proceso de restauración del alma en el que todos estamos inmersos.)