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En parashat Noaj la humanidad atraviesa dos grandes crisis. La primera es el diluvio – la destrucción completa no sólo de la humanidad sino también de todos los animales terrestres, excepto el remanente que huyó dentro del Arca de Noé. Y la segunda, “la generación de la dispersión”- que dispersa la humanidad por los cuatro puntos cardinales de la tierra tras la destrucción de la Torre de Babel.
Y he aquí también en la Parashá Bereshit se habla acerca de otra crisis, que es la expulsión del jardín del Eden, por causa del pecado de Adam y Javá, así que tenemos delante tres crisis.
Si se continúa contemplando mirando el conjunto de los cinco libros de la Torá, se puede decir que excepto estas tres crisis en el libro de Bereshit, el relato principal de la Torá se ocupa de una crisis mayor y más básica que esta – el exilio y la esclavitud de Egipto, y la salida de Egipto. Y como que “la parte del león” de la Torá se ocupa de la rectificación de la crisis del exilio de Egipto, hasta entender que el exilio desde su inicio nos ha sido dado a conocer como modelo para el resto de crisis que vienen detrás de él, es decir para llevarnos finalmente a una salida más rectificada.
Profundicemos un poco en el significado de estas cuatro crisis, y parece que que existe un modelo, un arquetipo, para clases distintas de crisis, que suceden una en la vida de un individuo en particular, esta en la vida del pueblo de Israel en particular, y esta otra en la historia de la humanidad entera.
1. La expulsión del jardín del Eden – el sueño perdido
La primera crisis, la expulsión del jardín del Eden, es la pérdida del sueño; el Jardín del Eden era otro mundo, como un mundo de ensueño. Ciertamente está claro que en la Torá el jardín del Eden no es solo una historia sino una realidad concreta; había árboles, había zonas geográficas que son mencionadas, como sugiere el versículo “y toda hierba del campo antes de que hubiese en la tierra…y el hombre no existía”- la existencia estaba “antes”, un “pre-mundo”, significa que el ser humano no estaba aquí. Sólo después del pecado cambia la imagen, el Jardín del Eden cambió y nuestro globo se hizo realidad. En el lenguaje de la Cabalá, dice el Arizal que antes del pecado del Primer Hombre la realidad estaba 14 escalones más alta que hoy, más allá del alcance de nuestra mano (Yad, mano, suma 14).
La realidad de ensueño es la utopía – una dimensión idílica ejemplar. Pero lo que es nuevo es que ese sueño existió y fue creado, y también hoy tiene tiene una función muy importante en la consciencia. Nosotros vivimos en este mundo, pero en verdad nosotros “no somos de aquí”, todos nosotros fuimos expulsados del Jardín del Eden. Sin embargo, está prohibido apoyarse en la nostalgia de vivir dentro de un sueño, sino hay que trabajar en la realidad manifiesta, para actuar dentro del “afuera” que es ahora mi lugar, “y les envió Hashem Elokim del Jardín del Eden para trabajar en la tierra que fue tomada de allí”. Esta es la rectificación!!
En la vida de cada uno de nosotros, un punto de de apertura existe tras la expulsión del Jardín del Eden:
El alma fue expulsada del mundo utópico y de ensueño en el que estuvo, y empujado al suelo de la realidad dura. Desde ahora, toda nuestra vida está dedicada a sanar el trauma de este sueño roto. En este relato, como en el Jardín del Eden, hay un elemento estimulante (catalizador) de la expulsión, es la serpiente que es el yetser hará (la inclinación al mal). Cuando la serpiente tiene exito en engañar, la inocencia primera es quebrada, nosotros somos expulsados hacia la vida cruel y alejada, y ahora es necesario trabajar y competir en este mundo, y descubrir cómo rectificar lo roto (de manera similar es posible decir que la época de la niñez es el Jardín del Eden de cada uno de nosotros).
2. El diluvio – la destrucción
La segunda crisis, el diluvio, es la destrucción dle mundo. El Primer Hombre dice “he sido expulsado del jardín del Eden”, pero Noaj no habla acerca de la expulsión y vive una realidad diferente dice: “se destruyó por mí mi mundo”. Ciertamente antes del diluvio el mundo no era un lugar tan agradable para vivir en él, y ciertamente no era utópico, pero es un lugar asentado, humanos y animales, enemistades y riñas, estrépito y voces de vida – y he aquí ahora el mundo se estremeció, un silencio terrible habita en el aire y sólo una única familia pequeña, que estába encerrada en una caja con un jardín zoológico completo, necesita ahora empezarlo todo desde el principio.
NO todos debemos pasar una crisis como esta, pero muchas personas pueden contar acerca de mundos que se destruyeron sobre ellos. Por ejemplo, un hombre que que perdió toda su familia y ahora, después de su diluvio particular, necesita empezar desde el principio. Esto en verdad es una tarea dificil, y es necesario tener mucha fuerza interior para empezar con esto – y mucha motivación para huir y enrollarse dentro de la tienda como Noaj…pero no hay opción, el mundo estaba viejo pero se destruyó y no quedó ninguno, y ahora tú quedas para construir sobre sus ruinas un mundo nuevo. La generación anterior se destruyó, y tú – que eras parte de esa generación – tú eres la rectificación, esta consistirá en que tengas éxito en mirar hacia adelante. No es necesario ir lejos: impresiona ver toda la muerte de judíos que pasaron el Holocausto; perdieron todo lo que les era querido, y después de la destrucción levantaron tal cual todo de nuevo. Sigue leyendo