Fuente: rabino Yaakov ben Meír Julí en su obra Meam Loez, Génesis, ed. Gredos, col. Biblioteca Sefardí.
Y con esto estuvo Yitsjak a gusto en la ciudad de Gerar, en la tierra de los Pelishtim (los de aquella época, que no tienen nada que ver con los de hoy!) y sembró la tierra. […]. Y su grandeza era mucha, de tener ganado de ovejas y ganado de vacas y muchos esclavos, tanto que se encelaron con él los pelishtim diciendo:
-El estiércol de las mulas de Itsjak tiene más valor que la plata y el oro de Abimelek.
Y lo tenían por más rico que el rey. Y también que tomando un poco de su estiércol para echar en sus campos, tenían bendición grande que les respondía la tierra de buen modo y ganaban mucho más de lo que ganaban con el rey. Y tanto fue el celo de los pelishtim, que todos aquellos pozos que habían cavado los esclavos de Abraham, su padre, según leímos en la parashá de Vayerá, ahora vinieron los pelishtim y les robaron el agua e hincharon los pozos de tierra malintencionadamente, diciendo:
-se nos recrece daño de ellos, que le será fácil al enemigo de entrar en nuestra tierra siendo hallará agua a su abasto.
Pero Itsjak regresó y cabó dichos pozos, y los nombró según los nombres que los llamó su padre. Que de esto probaréis que debe la persona regirse según se regía su padre y no cambiar ninguna cosa de las suyas, que incluso los nombres de los pozos, que no es cosa de importancia, no quiso YItzjak cambiarlos; cuánto más para el resto de la conducta del padre debe hacer el hijo.
Y segundo aviso, es que estos pozos hacen alusión a los conversos (gerim) que hacía Abraham, que con su buena habla era capaz de hacerlos creer en el Santo Bendito Sea, y recibían su judaísmo como el pozo que recibe el agua. Y después que falleció Abraham, vinieron los pelishtim y convencieron a dichos gerim de que sirvan abodá zará (idolatrías); y esto es lo que dice que los llenaron de tierra. Pero Itsjak regresó y los cavó y les enseñó los caminos de Hakadosh Baruj Hu. Sigue leyendo