Convertirse en Parte de la Conciencia Mesiánica 2ª parte | Kabalah y educación

Shalóm a nuestr@s lectores y lectoras,

nuestro sendero del estudio pasa por terrenos diversos . Hablamos de inspiración y de preparación hacia la función educativa. Nuestra meta es descubrir el camino hacia la fuente de nuestra motivación y de nuestras estructuras morales. Para esto, tenemos que dejar a lado algunos conceptos convencionales de la educación. La sabiduría de la Kabaláh, con la ayuda de nuestro rabino, puede servirnos para aprender algo nuevo.

En la primera parte, hablábamos de conceptos difíciles de concebir, como el Tzimtzum, y la luz infinita, llamada Or Ein Sof. El entendimiento de estos conceptos nos acerca a captar nuestro lugar en este mundo. desde allí, es mas fácil a entender la humildad. El ultimo capitulo se acaba asi:

En este punto somos susceptibles a tener ilusiones de grandeza al sentirnos reflejados en las maravillas de lo que hemos sentido y estudiado. La cabalá nos previene contra este engreimiento recordando la vanidad del esfuerzo humano y la insignificancia de nuestros logros

En esta segunda parte, contemplamos la espera a nuestro Mashiaj. este es nuestra fuente de humildad. cuando llegue, nuestros logros físicos no nos beneficiarán, sino los espirituales.

Que disfruten la lectura

Equipo de OrEinSof

Convertirse en Parte de la Conciencia Mesiánica

2ª parte

La demora del Mashíaj es sólo lo que parece desde afuera, porque la realidad interior es la de un progreso permanente. Así es también con nosotros. A veces los cambios se manifiestan según el estado de ánimo. Los logros y esfuerzos parecen no tener un efecto persistente por períodos de tiempo prolongados y con todo, invisiblemente, su impacto va acumulando a niveles subconscientes. Parece como que no hubiéramos hecho ningún progreso, pero en cierto punto crítico el balance da un brinco y se evidencia un salto cuántico importante de crecimiento y conciencia. Esta iniciación a un nivel más profundo del conocimiento de Di-s, debe ser nuevamente alejado de la sensación del ego de su propia importancia y el engreimiento. Y así la espiral continúa.

El cometido inicial del educador es inspirar a sus estudiantes, no es más que la tarea externa y circunstancial de exponer a los estudiantes a un nuevo sabor de tal manera que despierte su interés. El educador ceba el anzuelo, a veces con golosinas y otras con incentivos más sofisticados y sutiles, con todo aquello que excite la curiosidad de sus estudiantes. En ese momento el educador se aparta, conduciendo sus estudiantes a un rol de mayor responsabilidad de ir activamente en procura de sus propios intereses. Este es el delicado balance de empujar y atraer, que es a lo que se refiere la educación. Los estudiantes aprenden que deben esperar en cada capa nueva de entendimiento internalizando su conocimiento de Torá ya adquirido y contemplando más profundamente esos temas que ahora están revelados.

Mediante estos esfuerzos, los deseos de los estudiantes se vuelven más penetrantes, precisos y potentes. Finalmente, el educador les revela que el factor limitante que marca el ritmo de este proceso no es la edad ni el nivel de inteligencia, sino más bien el grado de humildad del estudiante y su entrega a Dios.

Con el tiempo, los estudiantes aprenden que cada revelación progresiva de la verdad es un regalo de gracia para aquellos que encuentran favor a los ojos de Dios, a través de la sumisión profunda y sincera del alma. Cuando el ego es expulsado, ese “espacio” se llena inmediatamente con la dulzura y la luz de Dios. En el medio de la lucha, la tarea de desmantelar el ego pareciera demandar un auto-sacrificio intolerable, pero cuando se saborea la dulzura del éxito, el profundo sentimiento de unión con Dios lo compensa con creces.

Nos vemos en la proxima parte:

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Entre el cielo y la tierra | La Entrega en la Integración

B»H

Querid@s compañer@s de estudio,

En la serie Kabaláh y educación, presentamos la fusión entre los mas profundos conceptos espirituales de la Kabaláh, y el proceso educativo, que se lleva a cabo en cualquier espacio dedicado a la enseñanza y el aprendizaje. Evidentemente, tenemos que integrar el discurso educativo con nuevas formas de pensar, propias del pensamiento Kabalistico.

Hoy, Hablaremos de la fase de la integración, Que es un tema central y muy conocido al nivel espiritual. Sin embargo, lo que estamos a punto de descubrir es que en este camino siempre queda algo nuevo por revelar.

Esperamos que disfruten la lectura

La Entrega en la Integración

La fase educativa de la integración se refiere a la unión con Dios, quien es la “Nada Verdadera”. Dado que el proceso de desarrollo de nuestra relación con Dios consiste en imitar o emularlo, debemos disolver nuestro sentido de ser “algo”, o sea, nuestro ego e interés personal. Nos acercamos a Dios en la medida en que abdicamos de nuestro apego a la individualidad y el egoísmo.

Identificamos erróneamente el crecimiento espiritual como un proceso de adquisición, ya sea de poderes místicos, técnicas o realizaciones, etc. Pero en realidad es todo lo contrario. Es un proceso de desmantelamiento y descarte de lo mas sobresaliente de nuestro sentido inflado del ser y de desembarazarse de una capa tras otra del ego.iStock_000016696342Medium

Si la humildad nos brinda intimidad con Dios entonces la tarea educativa mas inmediata y esencial es enseñar al estudiante a ser generoso. ¿Por que generosidad? Porque el habito de dar debilita el ego. Afloja los nudos impenetrables y oscuros de egoísmo que nos impiden entregarnos completamente a Dios. Moises alcanzo los mas altos niveles de profecia porque fue quien encarno este estado de humildad, como lo indica su declaración al pueblo, que usualmente se traduce del hebreo como:

“¿Y que (máh) somos?”

pero que en el sentido mas literal realmente dice:

“Y nosotros somos que (máh)”.

El momento mas propicio para profundizar la sumisión a Dios es durante la plegaria silenciosa de la amidá. Pero esto es paradójico. La amida, que es una lista de pedidos y deseos, podría aparecer como una auto-gratificación y de las preocupaciones del ego por su propio bienestar físico, causando así nuestra separación de Dios. Pero dicen nuestros sabios que esta plegaria nos trae a un “cara a cara” con Dios, en un máximo estado de intimidad y unión imposible conseguir por otros medios.

Como, en un sentido espiritual, las cosas se llaman cercanas si son semejantes y distantes si son diferentes, la amida debe reconciliar y armonizar de alguna manera los dos polos del ser humano -el cuerpo hecho del “polvo de la tierra” y el alma de origen celestial- por eso la persona que reza expresa exactamente lo que significa ser “creado a imagen de Dios”

CONTINUARÁ

Kabaláh y Educación | Inspiración y Crecimiento Espiritual

B»H

Shalom a nuestros seguidores,

Seguimos con nuestra serie semanal. El rabino menciona los conceptos que son fundamentales para el desarrollo espiritual del alumno, para el que enseña, y para la comunidad educativa.

Os Recomendamos  ver las enseñanzas ya publicadas, y acompañarnos en esta trayectoria fascinante, que habla sobre la educación en el sentido mas amplio de la palabra.

Para acceder a la entrada anterior, pulsen el siguiente enlace: Kabaláh y Educación | Educación y Crecimiento Espiritual

Inspiración y Crecimiento Espiritual

Demos una mirada a la fase de iniciación/inspiración y su expresión en la voluntad.

Fase de la Educación Etapa de Crecimiento Espiritual Estado de la Voluntad
Iniciación/ Inspiración 3. dulcificación Deseo de unirse a Di-s
2. separación Deseo de crecimiento espiritual
1. sumisión Deseo de servir a Di-s

Baal Shem Tov

El estado de la voluntad que da comienzo a todo aspecto del proceso de la educación es un deseo puro e inequívoco de servir a Di-s de toda forma posible. Este giro inicial hacia el servicio espiritual requiere lo que el Baal Shem Tov llama “sumisión”, la rendición de toda voluntad personal a la voluntad de Di-s. Esto significa aceptar las restricciones y obligaciones del trabajo espiritual e ignorar el egoísmo y las demandas oportunistas del ego.

Luego sigue una manifestación de la voluntad un tanto más desarrollada, cual es el deseo de alcanzar un estado del ser donde cada acto se realiza con el sólo propósito de sustentar el crecimiento espiritual. Esto corresponde a la etapa de “separación” del Baal Shem Tov, ya demanda un grado de discriminación más elevado. Debemos elegir contínuamente entre acciones que fomenten el desarrollo espiritual, como por ejemplo cumplir los mandamientos de la Torá, y las que son simplemente mundanas.

La fase final del despertar de la voluntad es el deseo de comprender la santidad inherente en cada acto, de usar cada momento, cada cosa, no importa cúan mundano sea, como una oportunidad para dirigirse a la unificación con Di-s. El libro de Proverbios describe esta fase con una declaración simple: “En todos tus caminos, conócelo”. “En todos tus caminos” significa a través de todas tus acciones. “Conócelo” se refiere al contacto y la comunicación con Di-s.

De acuerdo con el Baal Shem Tov, nosotros podemos “dulcificar” la aparentemente insulsa realidad ordinaria e incluso su amargura sólo si primero perfeccionamos e internalizamos la habilidad de la discriminación, porque el trabajo de transmutar el mal en bien está basado en la habilidad de distinguir la realidad de la ilusión. Es obvio que quien no perfeccionó la etapa preliminar de la “separación” no será de fiar para diferenciar entre el propósito verdadero y los ilusorios. Por lo tanto, sus actos e intenciones no pueden reflejar verdaderamente la voluntad de Di-s y pueden tener un efecto negativo o atrofiante, más que nutritivo y estimulante. El error más común entre la gente con aspiraciones espirituales es el deseo de “dulcificar” sin hacer previamente las distinciones requeridas.

Continuaremos en la proximas semana, en Kabalah y Educación.

Kabalah y Educación | Educación y Crecimiento Espiritual

Estimad@s compañer@s, 

En esta serie especial, El rabino Ginsburgh habla de temas que no se mencionan muy a menudo en el discurso del mundo educativo, pero quizás deberían mencionarse mas. Como podemos educar a nuestros jóvenes  a nosotros prójimos  a nosotros mismos, sin perder los valores importantes de nuestra vista. El rabino explica.

Si queréis volver a ver la ultima enseñanza, podéis utilizar el siguiente enlace: Kabalah y Educación | Los primeros frutos (1)

Educación y Crecimiento Espiritual

Como hemos visto, la inspiración y la integración son dos requisitos necesarios y complementarios de la educación. La inspiración comienza el proceso de aprendizaje despertando un deseo apasionado por el crecimiento y el cambio, mientras que la integración nos fuerza a incorporar a nuestra voluntad de bien en cada confrontación con la vida diaria. Por eso, enseñar se puede describir como el proceso de estimular la voluntad, mientras que aprender como el proceso de asimilarla.

Cada una de estas dos categorías principales se pueden subdividir en tres etapas intermedias que reflejan el proceso de crecimiento espiritual descrito por el Baal Shem Tov, el fundador del movimiento jasídico del siglo XVIII.

El enseñó que todo proceso de crecimiento espiritual y de hecho la experiencia profunda de cualquier faceta de la realidad, debe implicar una serie triple de cambios evolutivos, resumidos por las tres palabras:

«sumisión»
«separación»
«dulcificación«

Sumisión” es la subyugación del ego, elemento esencial para una estimación honesta de la realidad en nuestra relación con ella. A menos que neutralicemos el ego de alguna manera, este va a interponer seguramente sus intereses propios con nuestro ser superior y nuestros intentos de cambio y crecimiento.

Separar el bien del mal, la luz de la oscuridad

Separación” es el proceso por el cual identificamos los elementos positivos y buenos y los negativos y malos de la realidad, alineándonos con el bien y disociándonos de la maldad. Claramente, no podemos esperar cumplir con esta etapa sin haber atravesado primero el proceso de eliminar la autoimagen engañosa derivada del ego. Cuando separamos el bien del mal, la luz de la oscuridad, el bien comienza a brillar.

Una vez que hayamos identificado claramente lo perjudicial y de habernos separado de él, podremos proceder a “dulcificarlo”. En esta etapa podremos volver a evaluar lo dañino bajo la luz positiva del bien que se ha entremezclado con él. Nuestro bien reforzado nos permite relacionarnos objetivamente con el mal para “dulcificarlo”.

Lehitraót, nos vemos en la proxima enseñanza 

Para acceder a la misma, podéis utilizar este enlace Kabaláh y Educación | Inspiración y Crecimiento Espiritual