Especial | Pésaj: El Último Exilio

בס”ד

Las cuatro preguntas que hacemos en la mesa del Séder comienzan: “¿Cuál es la diferencia entre esta noche [de Pésaj] y todas las [otras] noches?”

Los niños en la mesa del séder le piden a sus padres que les expliquen el significado de todas las costumbres especiales que realizamos en la primera noche de Pésaj.

Todos somos hijos de nuestro Padre en el cielo, y cuando nos dirigimos a nuestro padre físico simultáneamente nos dirigimos a Él y preguntamos:

“¿Cuál es la diferencia entre esta noche y todas las otras noches?”

La noche simboliza el exilio. Comenzamos pidiéndole a nuestro padre (y a nuestro Padre en el cielo) nos explique la diferencia entre este exilio final y los exilios anteriores. Este exilio final del Pueblo judío es el período en la historia que anuncia la inminente llegada del Mashíaj, el redentor de toda la humanidad, que traerá paz a la tierra.

Así como en el relato de la creación donde la noche precede al día, la noche del exilio debe preceder al amanecer de la redención.

La última noche del exilio es más oscura, en cierto sentido, que todas las otras noches. Junto con una abundancia material de tal magnitud que el mundo nunca conoció antes, hay una profunda carencia espiritual, “hambre y sed” (en la expresión de los profetas) de conocimiento de D-os y la experiencia directa de Su Providencia sobre todas las cosas. Cuanto más la cultura moderna (con su enorme avance en las ciencias y la tecnología) ‘sacraliza’ la naturaleza y sus leyes (la ‘vestimenta’ externa del Creador) más Divinidad (el Creador Mismo) se vuelve oculta.

La guematria de “esta noche” (97, הלילה הזה haLayla haZéh) es la misma que “tiempo” (זמן zman). Este exilio final es en esencia nuestra experiencia misma del tiempo, nuestro transitorio y efímero estado de existencia en la tierra. La redención es vivir por encima del tiempo, experimentar la eternidad en la transitoriedad.

  • 97 es un número primo. Comenzando desde 1, 97 es el 26to número primo.
  • 26 es el valor del Nombre esencial de D-os, Havayiáh הוי-ה, que significa “fue, es y será, al mismo tiempo”.
  • “Exilio” גלות /galut/ equivale 439, también un número primo, el 86to número primo.
  • 86 es el valor del Nombre de D-os Elokim א-להים, que equivale a “la naturaleza” הטבע /haTeva/.

La redención es la revelación de Havayiáh en “esta noche” (“tiempo”) y… Elokim, la Divinidad inherente en la propia naturaleza, en el “exilio”.

¡Jag Pésaj saméaj!

Amor | El Corazón que Nunca Duerme (5)

בס”ד

En el capítulo anterior:

El judío alcanza el máximo nivel de servicio, “mi perfecta”, cuando“perfecciona” a Di-s en Su relación con el mundo, en Su presencia revelada en el mundo. Esto viene después de perfeccionarse a uno mismo en su relación con Di-s a través del bitul, como describimos en el servicio de “mi paloma”.

Si nos lees por primera vez y quieres recuperar los dos capítulos anteriores, pincha aquí.

«Y mis mechones con gotas de rocío»

El amor y el solaz infinitos pueden ser llevados a recipientes finitos únicamente con el rigor más sublime e intenso. Este poder produce la contracción (tzimtzum) de la Luz Infinita de Di-s, permitiéndole así ingresar en esos recipientes. Esta contracción no disminuye la calidad de la Luz, sólo concentra lo Infinito dentro de la finitud.

El tzimtzum está simbolizado por el cabello.

Para que el «rocío» permee las almas y los seres, las pequeñas «gotitas» concentradas de rocío deben derramarse de los mechones del Novio sobre la novia. La propiedad de «rigor» es llamada «noche», porque causa la contracción de la Luz. Pero esta noche es el vehículo para transportar las gotas de rocío por los «mechones» del mundo, trayendo con ella el amanecer de la redención, la paz y libertad final de todas las noches del exilio.

Corolario

«Mi Perfecta» en nuestra generación.

Cuando servimos a Di-s, como norma debemos atravesar en orden cada uno de los cuatro niveles sucesivos –hermana, compañera, paloma y perfecta. Pero de todas maneras, en nuestro servicio, podemos y debemos ser sensitivos desde un comienzo al significado integral de servir a nuestro Creador, especialmente a cómo el servicio consumado de «mi perfecta» ayuda a la perfección del mundo como un todo.

Este nivel no se puede alcanzar verdaderamente cuando uno está alejado de la Luz de Di-s, porque ¿cómo se puede eliminar la oscuridad y el dolor difundiendo la Luz en el mundo si uno mismo no es aún un canal abierto conectado a la fuente de Luz?

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