La parashá de la semana viene al final del camino de Moshéh Rabeinu. El libro se concluye con su bendición, tal como sucede con el libro de Bereshít, y la bendición de Yaakóv nuesto padre.
¿Que podemos comentar de la parashá?
En el primer verso, Moshé recibe el nombre «Eish haelokím»
וְזֹאת הַבְּרָכָה אֲשֶׁר בֵּרַךְ משֶׁה אִישׁ הָאֱלֹהִים אֶת בְּנֵי יִשְׂרָאֵל לִפְנֵי מוֹתוֹ «Ésta es la bendición que Moshé, hombre de Dios, concedió a los israelitas justo antes de su muerte» (Dvarím 33:1)
Según el Rav Jaim ben Attar, conocido por Or hajaím, Moshé Rabeinu es uno de los únicos profetas que recibe el nombre de Eish haelokím, ya que no existieron otras personas justas como él, que podían estar a la altura, teniendo el nombre «elokím», que representa la justicia divina.
¿Y porque no recibió este nombre antes?
Solo al final de su vida se puede reconocer sus virtudes. A ningún otro hombre se puede reconocer estas virtudes antes que llege al final de sus dias.
La posibilidad que dió Hashém a moshe ver la tierra prometida con sus propios ojos ¿realmente fue un regalo?
Moshé rabenu fue hombre integro, que seguia la palabra de Di-s a pie de la letra. La alegria producida por ver la tierra fue muy grande para él, ya que el pueblo de israél fue muy querido para él, y el queria lo mejor para nuestro pueblo. Sin duda, el corazón de Moshé se alegró al ver que la tierra prometida fue fertil y prospera, para que las futuras generaciones puedan gozar de ella.
Querid@s lectores y lectoras,
Hemos llegado a final de un ciclo. En muchos sentidos, somos como el pueblo de israel, mientras que un Moshé rabeinu nos abre el paso para que entremos en un nuevo año, una nueva vida, nueva tierra. Deseamos a todos tomar un paso firme y valiente, y mirar esta tierra con mucho amor y afecto. Es una tierra preciosa, y los momentos que pasamos en esta tienen un inmenso valor . Deseamos que al final de este año, esta tierra tenga frutos dulces y prósperos.
Nos encontramos entre las dos fiestas de Pesaj. El sabor de la matzá nos recuerda el apuro en la salida de Egipto. Tenemos que salir al desierto inmediatamente. poco a poco, la limpieza exterior se convierte en un proceso de purificación interior.
Justo entonces, leemos la porción semanal de kedoshim. que por causalidad determina entre el bien y el mal, lo correcto y lo equivocado.
לֹא תֵלֵךְ רָכִיל בְּעַמֶּיךָ לֹא תַעֲמֹד עַל דַּם רֵעֶךָ אֲנִי יְהוָֹה No andes como un chismoso entre tu pueblo. No te quedes quieto cuando la vida de tu prójimo esté en peligro. Yo soy Di-s (Vaikrá 19:16)
לֹא תִקֹּם וְלֹא תִטֹּר אֶת בְּנֵי עַמֶּךָ וְאָהַבְתָּ לְרֵעֲךָ כָּמוֹךָ אֲנִי יְהוָֹה No tomes venganza ni guardes rencor contra los hijos de tu pueblo. Debes amar a tu prójimo como [te amas] a ti mismo. Yo soy Di-s (Vaikrá 19:18)
מִפְּנֵי שֵׂיבָה תָּקוּם וְהָדַרְתָּ פְּנֵי זָקֵן Ponte de pie ante una cabeza cana, y brinda respeto al anciano (Vaikrá 19:32)
Miramos un comentario acerca de la parasháh, dada por nuestro rabino, desde israel. El rav revela lo que esta detrás del verso de la parashá, aparecido arriba (Vaikrá 19:16)
Sigamos con nuestros estudios de la Torah en la semana que viene.
En la parasháh de la semana, seguimos la historia facinante de Mosheh rabeinu. Detrás de una lista larga de cuadros, esculturas y peliculas, esta la historia original, la que cuenta lo sucedido entre dos personas, dos naciones, un solo dios y Diez plagas que caen sobre Egipto.
Si queréis leer la Parasháh completa, podéis acceder a la siguiente pagina, donde encontraréis la Parasháh en hebreo y en castellano: Shemót 6:2-9:35
Las plagas que caen sobre Egipto tienen una estructura muy simbólica: la primera plaga se relaciona con la ultima, ya que el elemento de la sangre que se repite en las dos. Cada plaga es mas dura que la anterior. la ultima es la mas dura de todas: allí se quita la vida de todos los primogénitos egipcios. en esta parasháh leemos sobre las primeras siete plagas, mientras que en la próxima porción, Parasháh Bó, aparecerán las ultimas tres.
Esta semana nos complace compartir con tod@s la enseñanza sobre Mosheh rabeinu. delante de Faraón.
El rabino ginsburgh habla sobre la forma que nuestro redentor trata el rey de Egipto. los dos grandes sabios, Rabi yojanán y Resh lakísh, entraban en majalóket, en debate, a base del siguiente verso (que pertenece a la proxima porción de parasháh bo.
וַיֵּצֵא מֵעִם פַּרְעֹה בָּחֳרִי אָף (Vayetzé meeím paróh bejarí áf) y Dejó al faraón en gran enojo (Sehmót 11:9)
¿Como interpreta cada sabio el acto de Moshéh? que podemos aprender de la interpretación de resh lakish?
¿como podemos ver positivamente a los gestos de cortesía de Moshé delante del malvado faraón? ¿como el malvado debe derrumbarse tras su alabanza?
Yom shishí, y nos preparamos para Shabat, después de haber celebrado el 15 de Shvat. Esperamos que hayáis pasado un día lleno de significado y conciencia sobre lo que representa esta fecha en nuestro calendario y filosofía de vida (más allá de su origen en la tasasión y cálculos anuales).
Por cierto, estamos a punto publicar una nueva portada, aunque estamos extendiendo el tiempo para el debate del vídeo en «Este mes debatimos…» así que estáis a tiempo de compartir vuestras opiniones e ideas sobre La Ciencia de los Milagros.
Ahora bien, ¿qué nos enseña esta conocidísima e importante parashá de la semana? Como es habitual, publicamos hacia el final de la semana el vídeocomentario del rav Ginsburgh, con su gran sabiduría sobre Toráh y mística judía. Veamos qué encontramos detrás de lo textual, superficial y aparente en Yitro, que podemos leer en Shmot 18:1 – 20:23.
Importante, para complementar el visionado del shiur online, disponéis de la transcripción en castellano en un campo de comentarios, al pie de esta página. Con ella podéis profundizar en el estudio de esta meditación del rav Ginsburgh.
Sabemos que en Yitró se habla de cómo el suegro de Moshéh (cuyo nombre titula la parasháh) oye sobre los grandes milagros que Di-s hizo por el pueblo de Israel, y viene desde Midián hasta el campamento Israelita.
Ciertamente encontramos aquí pasajes fundamentales para nuestra fe, nuestra relación con HaShem y nuestra historia como pueblo.
El Creador proclama las Diez Palabras (lo único que podemos decir que el mismo HaShem escribió con Su «mano»). En ellas, que se han dado a llamar «mandamientos» se declara al pueblo de Israel a:
(1) creer en Di-s, (2) no adorar ídolos, (3) no mencionar el nombre de Di-s en vano, (4) observar el Shabat, (5) honrar padre y madre, (6) no matar, (7) no cometer adulterio, (8) no robar, (9) no dar falso testimonio (10) ni desear la propiedad del prójimo. La gente dice a Moshéh que la revelación es demasiado fuerte para soportarla, rogándole entonces que reciba él la Toráh de Di-s y luego la transmita a ellos.
Ahora bien, la cinematografía, el estudio superficial, la historia hecha leyenda pasa por alo un detalle que para el rav Ginsburgh no pasa desarpercibido:
¿Sabías que si contamos el número de orden de esta parasháh (desde el comienzo de la Toráh), es la lectura 17ª? Diecisiete en hebreo lo conforman las letras de «tov» que significa «bueno». Los sabios nos enseñan que «ein tov ela Toráh», que no hay nada bueno salvo la Toráh. Y por ello la encontramos en la parasháh 17 en el orden: es decir, el número tov.
Sobre esa coincidencia (¿?), el rav Ginsburgh reflexionará esta semana, y la complementará además con la aparición del jésed también en la parasháh, casi de la misma forma que aparece «bueno».
Entre tov y jésed, ¿hay semejanzas o diferencias?
¿Qué recuerdas en la Toráh que Di-os haya visto que era tov, bueno?
¿Cuando tienes algo bueno, lo muestras o lo proteges/ocultas?
¿Podrías relacionar introversión y extroversión en el marco del bien y el jésed?
¡Cuántas cosas aprenderemos nuevamente esta semana! Encontrarás las respuestas a estas interrogantes, y mucho más, en la reflexión que os ofrecemos en vídeo.
Nos encantaría saber vuestras opiniones y reflexiones, y por ello tenéis a vuestra disposición el campo de comentarios más abajo.