Del rav | La Kabaláh y el Arte de Atarse los Zapatos

בס”ד

Primero ponte el zapato derecho, después el zapato izquierdo, luego ata el zapato izquierdo, y finalmente, ata el zapato derecho. Esa es la manera en que los judíos lo hacen.

La Toráh nos fue otorgada para santificar lo mundano.

Los zapatos nos permiten caminar por la faz de la tierra, contactar lo físico y movernos libremente según nuestro deseo. Más que cualquier otro artefacto material que poseamos y utilicemos todos los días, los zapatos simbolizan nuestra participación en lo mundano. Protegen nuestros pies de las piedras y las espinas que cubren el suelo en el que andamos, mientras caminamos hacia el logro de nuestras metas en la vida.

En el Templo los sacerdotes servían descalzos, como para no separar sus cuerpos de la santidad del suelo del Templo. Similarmente, Dios dijo a Moshéh en la Zarza Ardiente que se descalzara “…pues el lugar que pisas es tierra sagrada”.

La guematria de la frase “es tierra sagrada” (אדמת קדש הוא, 861, admat kodesh hu), es la misma que la de “Templo Sagrado” (בית המקדש, Beit haMikdash).

Pero mientras no hayamos santificado la tierra en su totalidad para ser un santuario para D~os, necesitamos zapatos para proteger nuestros pies, mientras estamos continuamente en movimiento, esforzándonos al máximo para hacer de este mundo un lugar mejor –un punto de encuentro para nosotros y nuestro Creador.

En el Cantar de los Cantares, la novia es descrita con las palabras:

“¡Cuán hermosos son tus pies en los zapatos, la hija del benevolente”

מַה יָּפוּ פְעָמַיִךְ בַּנְּעָלִים בַּת נָדִיב

/má iafu peamaij banealim bat nadiv/ Sigue leyendo

Parasháh Emor | Ley para el Prosélito e Israel

בס”ד

Querid@s amig@s de nuestro espacio de luz, de or, ein sof,

Con cada día que llega, en el que publicamos la parasháh haShavúa, ha pasado una semana de trabajo… tanto para vosotr@s en vuestras actividades, como para nosotros, en la construcción de este blog y en la preparación del seminario del que ya empiezan a hablar much@s.

Cada semana damos un paso más, esmerándonos siempre por escoger lo mejor, para la visita que nos hará rav Ginsburgh, quien dirigirá por primera vez en España un seminario… muy oportunamente dedicado en homenaje a un judío de Gerona, Moshé ben Najmán, médico, filósofo, talmudista y cabalista. ¿Cuántas cosas nos podrá decir y enseñar el rav sobre este maestro y mayor autoridad rabínica en la Sefarad de entonces?

Para ello, nada mejor que presenciar esta oportunidad única con rav Ginsburgh en Barcelona, próximamente. Os recordamos que las inscripciones están abiertas y que las plazas son limitadas. Aprovechad ahora antes de que sea tarde: se están registando muchas personas y nos complace saber que algunas de ellas vienen incluso desde fuera de España.

Pero pasemos ya a lo que nos ocupa: אמור, Emor (dí).

¿Qué tenemos aquí? Sabemos que esta porción de la Toráh nos habla de leyes especiales de los kohaním (sacerdotes), del kohen gadol (sumo sacerdote) y del servicio en el Beit haMikdash, el Templo. Pero sabemos que el rav Ginsburgh va siempre más allá de lo obvio y de lo convencional. Eso es kabaláh también. Y de hecho, el rav nos comenta en su reflexión de hoy algo que vá más allá de las leyes para kohanim… y para romper la convencionalidad, empieza su discurso con el final de la parasháh.

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