בס”ד
Los dos elementos fuego y agua se unen en el Templo. Los dos elementos aire y tierra se unen en la Tierra de Israel.
En el Templo ofrecemos sacrificios a D-os. Los sacrificios ascienden en llamas en el altar. La Toráh llama “FUEGOS” a los sacrificios. Cuando ofrecemos un sacrificio, nos percibimos ardiendo y siendo consumidos por D-os (a los sacrificios también se les conoce como el “pan” de D-os).
Experimentamos amar a D-os con todas nuestras fuerzas, no sólo estar listos para entregar nuestra vida por D-os (si así Él lo desease) sino la de ser de hecho consumidos por Él, transformándonos en una parte de Su esencia (tal como el alimento se vuelve parte del cuerpo) – el más alto nivel del amor por D-os.
El servicio del Templo alcanza su ápice en la festividad de Sukot, “el tiempo de nuestra alegría”. Sacrificios son ofrecidos en abundancia, incluyendo 70 vacas, una por cada nación de la tierra (haciendo de Sukot una festividad universal). Sin embargo, la alegría de Sukot no llega a su punto máximo con el sacrificio de los animales en el altar, sino al verter AGUAS vivas (es decir, de manantial) en el altar. Se dice de estas aguas que son atraídas con alegría de “los manantiales de de la salvación.”