Un llamado al mundo | En espera del Meshiaj

B»H

Durante estos días, el país de Israel se prepara para recibir al Papa en Jerusalén. En consecuencia, se levantan varios polémicas, de magnitud creciente, mientras se cuestiona el derecho de nuestros dirigentes a permitir tal visita. Nuestro Rav dirige un mensaje al mundo, pidiendo a todos reconocer la verdad sobre el Meshiaj. El siguiente artículo se basa en el mensaje del rav publicado en el portal español de Gal Einai (dimensiones.org).

Mensaje a las naciones del mundo

(Basado en el mensaje del Rabino Itzjak Ginsburgh)

Todo camino de las personas debe ser afirmado y dirigido desde lo alto. «Dios afirma los pasos del hombre, su camino Él aprobará” (Salmos 37:23). Si es asi con todos los detalles de todas personas que han vivido en este mundo alguna vez, así debe ocurrir también con las personas cuya trayectoria se ha dirigido con diversos propósitos, pero su razón de ser debe reflejar una parte del rean propósito del creador de este mundo. El Rav se refiere aqui a «Yehoshua hanotzrí», y lo explica a continuación, citando un párrafo de los escritos del Rambám:

«Pero no está en poder del hombre captar el pensamiento del Creador del mundo, pues nuestras maneras no son Sus maneras, ni nuestros pensamientos son Sus pensamientos. Y todos los hechos de Ieshu Hanotzrí y el Ismaelita (es decir Mahoma) que se levantó después de él no son sino para preparar el camino hacia el rey Mashíaj. Para la mejora del mundo entero, para servir a Di-s unidos, como está escrito (Tzefaniá 3:9): «Yo transformaré a las naciones a un lenguaje claro para que invoquen todas el nombre de Di-s y lo sirvan con un único propósito».

Sea el que sea el proposito de los dos anteriores, el mundo actual está en circunstancias muy distintas, muy lamentables. El mundo, sin duda, espera desesperadamente a la venida de «Meshiaj Tzidkeinu».  El Rav nos recuerda las palabras del Gran Rebe de Lubavitch: «nuestra generación es la generación de la redención«. Asimismo, Todos nosotros tenemos que vivir con el Meshiaj, y al mismo tiempo, nunca olvidar las palabras del rambam, «Vuestros pensamientos no son mis pensamientos» .

El mensaje del Rav termina asi: «Todos estamos sedientos por la salvación: somos conscientes del terrible sufrimiento soportado a lo largo y ancho del mundo, y creemos que toda la benevolencia y la alegría que la humanidad está destinada a heredar, vendrá con la llegada del verdadero Mashíaj».

El origen de la palabra Meshiaj משיח en la kabalah,  equivale al termino Simjá שמחה, Alegria. La esperada venida del meshiaj no puede llevarse a cabo si no se acompaña de una autentica alegria. El mensaje de la Toráh de Moshe está destinado tanto a los judíos como a las personas  justas de los pueblos del mundo, y es necesario difundir este mensaje para acercar la venida de nuestro Meshiaj.

Deseamos a tod@s mucha Simjá en los corazones.

Shavua tov

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OrEinSof.com

Convertirse en Parte de la Conciencia Mesiánica | Kabaláh y educación

B»H

Querid@s lectores y lectoras, Hoy en la serie sobre Kabbala y educación, tocamos partes que, a primera vista, pueden parecer alejadas del concepto de la educación. Solamente a los que comprenden el sentido mas interno de la actividad educativa, se puede explicar de este nivel, que va mas allá de lo físico. Hablar de la conciencia mesiánica, es hablar de algo profundamente vinculado con nuestra existencia por un lado, y además, nos da la motivación de seguir aprendiendo y mejorándonos por el otro.

Nos complace presentarles la primera parte de la enseñanza del Rav Ginsburgh.

Shalóm,

El equipo de OrEinSof.

Convertirse en Parte de la Conciencia Mesiánica

1ª parte

Más allá de nuestro objetivo inmediato de aguardar la llegada del Mashíaj, ¿qué estamos esperando verdaderamente? De acuerdo con Isaías, aguardamos “esa promesa del futuro que Dios ha preparado para nosotros” –la comprensión de la esencia de Di-s y el perfeccionamiento de nuestras almas, individual y colectivamente- una realidad que ya existe en una dimensión espiritual por encima del tiempo.

Pero si esto es así, parecería que estamos aguardando algo que es imposible. La esencia de Dios se contrapone a la revelación; sus senderos pueden ser conocidos, pero no Su esencia. Toda la historia de la creación está basada en este principio. De acuerdo con la Cabalá, hay un nivel donde Dios existe en un estado de Luz Infinita (Or Ein Sof), donde todo está uniforme y absolutamente saturado con su resplandor. Allí no puede existir la existencia relativa –la forma y la materialidad- al ser abrumada y aniquilada por este tremendo poder de iluminación, de la misma manera que las luces individuales de las estrellas son anuladas por la radiación más potente del sol. Para crear el universo físico, Dios necesitó primero, desde nuestra perspectiva, retirar Su Luz Infinita de un área en particular y crear como un útero oscuro y vacío. Dentro de este “espacio vacío” El irradió un delgado rayo de luz, cuyo desarrollo y disipación es la historia y la evolución de la creación tal como la conocemos.

Para nosotros, desear la esencia de Dios, Su Luz Infinita, es querer algo que no puede ser contenido o aprehendido por una criatura viviente, es ir en pos de eso que consumiría nuestra propia existencia. Pero ninguna otra cosa podría satisfacer esta pasión. Empeñando la fe y el esfuerzo desde aquí abajo, aspiramos a producir como respuesta el regalo de luz y comprensión desde arriba, revelar aquí y ahora eso que está preparado, pero oculto aún. La inspiración incentiva este gusto o pasión de revelar y experimentar a Dios, iniciándonos en la disciplina de “aguardar”, mientras que la integración apropiada desarrolla nuestra humildad.

Cuando estamos previamente inspirados, sentimos la algarabía de experimentar una impronta de Dios superior a la que conocíamos antes. En este punto somos susceptibles a tener ilusiones de grandeza al sentirnos reflejados en las maravillas de lo que hemos sentido y estudiado. La cabalá nos previene contra este engreimiento recordando la vanidad del esfuerzo humano y la insignificancia de nuestros logros. Después de todo, “¿Qué (má) sabemos realmente?” “¿Qué (má) ha revelado nuestra búsqueda?” Esta es el camino de la humildad, doblar y redoblar el esfuerzo de expurgar el ego.

Al hacer esto nos volvemos realmente parte de la conciencia mesiánica que estamos esperando. ¿Para qué (má) estamos sino para nuestra perfección colectiva que será una realidad viva en el mesiánico final de los días?

CONTINUARÁ

El Milagro de Janukáh

בס”ד

Un mensaje de Toráh para el mes de Kislev

del rav Itzjak Ginsburgh

Luz de uno de los brazos de la Janukiáh pública en Barcelona, 5772.

Janukáh era la festividad preferida del Baal Shem Tov, el fundador del jasidismo, por ser la festividad de la luz, una luz que llena el alma y calienta el corazón.

Aunque afuera esté frío y oscuro, el resplandor de las velas de Janukáh penetra en la profundidad de la noche de invierno, permeándola de calidez y transformando la oscuridad en una fuerza de luz.

¿De dónde proviene la fuerza de las velas de Janukáh para no sólo disipar la oscuridad sino transformarla en luz?

Las dos primeras letras de la palabra Janukáh, jet nun, significan jen, uno de los ocho sinónimos de «belleza» en hebreoJen significa literalmente «gracia» o «favor», y representa el aspecto de la belleza que se expresa a través de la estética de graciosa simetría.

La palabra jen aparece por primera vez en la Toráh en el versículo final de la parasha Bereshit, la primera porción del libro Génesis. Dice allí

«Y Noé encontró (jen) gracia a los ojos de Di-s».

El nombre Noé, en hebreo Nóaj (nun jet), es gracia (jen) escrito a la inversa. Como su primera aparición en la Toráh está en yuxtaposición a su «opuesto», se nos enseña en kabaláh que «jen» representa balance y simetría, especialmente aquella que está compuesta por dos elementos que se reflejan uno en el otro.

Los opuestos que forman la graciosa simetría de Janukáh son «oscuridad» y «luz», o como se alude en idioma arameo en el Zohar: «transformar jashoja (oscuridad) en nahora (luz)», cuyas iniciales forman jen.

Ahora podemos empezar a comprender cómo las luces de Janukáh consiguen transformar la oscuridad en luz:

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