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Shalom queridas lectoras y lectores, ya hemos terminado las fiestas y estamos en la semana de Shabat Bereshit, el Shabat del Principio. Os proponemos este estupendo estudio del rav Ginzburgh para poder recibir toda la luz de este Shabat con el corazón abierto y la mente inquieta.
La historia de Adán, Eva y la serpiente primigenia plantea el escenario para el desarrollo de todos los acontecimientos que suceden en la realidad. Por eso, estos tres personajes, cada uno con su propio nivel de conciencia, también existen dentro de nuestras almas. En esta meditación, el rabino Ginsburgh explora los roles que desempeña cada uno de ellos en nuestra psique y cuando nos concentramos en la rectificación de estos niveles de conciencia, traemos la redención para nosotros y para el mundo entero.
El Escenario está Planteado
Todos los acontecimientos de la Torá y todo el curso de la historia han sido determinados por el primer acto, el pecado de Adán, Eva y la serpiente. La cabalá nos enseña que estos tres actores básicos representan tres niveles de conciencia, los asentamientos de la mente, el corazón y el hígado, respectivamente.
Representada por Adán, la mente es conciencia intelectual pura y abstracta; el corazón representado por Eva, es el asiento de las emociones, mientras que el hígado representado por la serpiente, es el pragmatismo, la conciencia involucrada en los beneficios y pérdidas materiales que resultan de nuestras acciones.
El Proceso de Toma de Decisiones
El gran comentador talmúdico Maharshal, explica que hay tres fuerzas motivadoras en nuestro proceso de toma de decisiones:
– tov, «bueno»
– arev,»placer»
– moil, «ganancia»
Las iniciales de estas palabras en hebreo forman la palabra ta’am, que significa razón o motivo. En hebreo, esta palabra significa «gusto». Cuando tomamos decisiones debemos poder «gustar» (saborear) el motivo que hay detrás de ellas.
Estos tres niveles de conciencia en nuestro proceso de toma de decisiones son nuestros Adán, Eva y serpiente personales.
El origen de la elección por el bien, incluso cuando no podamos definirlo, está en «jojmá», la sabiduría de la mente personificada por Adán.
El origen de la elección del placer está en el corazón. La belleza nos atrae al pensar que cuanto más cerca nos encontremos de ella más placer habremos de sentir. Este sentimiento de placer potencial se asienta en las emociones, el entendimiento del corazón, biná, representado por Eva.
El origen de la elección del beneficio está en el hígado. Este es el asiento de daat, el poder de conectarse con la realidad. El nivel de conciencia que se conecta con la realidad es el sentido instantáneo e inmediato de ganancia y pérdida, el pragmatismo representado por la serpiente.
El Reinado Rectificado
En hebreo, estos tres órganos se llaman moaj, lev, kaved, cuyas iniciales forman la palabra melej, que significa «rey».
Cuando la mente rige sobre el corazón y este a su vez sobre el hígado, el imperio del rey está rectificado.
Si la serpiente no hubiera seducido a Eva -quien a su vez sedujo a Adán- hubiera permanecido en su posición natural subordinada a ellos, posición en la que hubiera sido el sirviente más grande de la humanidad. El valor numérico de najash, «serpiente», es 358, al igual que Mashíaj. Esto alude a un potencial muy elevado de la serpiente cuando está subordinada a Eva, el corazón. Sigue leyendo