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Querida comunidad, continuamos estudiando, como cada semana, el libro Mibjar Shiurim al haitbonenut, de Rab Ginzburg. Recapitulando, estas semanas hemos estudiado la relación entre los cuatro niveles de entender la Torá, el Pardés (pshat remes drush sod), y los cuatro niveles de la escritura de la Torá, el sistema Tanta (teamim, nekudot, taguim, otiot) y hemos visto cómo estos cuatro niveles son paralelos a las cuatro letras del nombre de Hashem.
Yud, nivel de teamim, nivel de sod.
Hey superior, nivel de nekudot, nivel de drush,
Vav, nivel de taguim, nivel de remes,
Hey inferior, nivel de letras, nivel de pshat (interpretación literal)
El Pshat
Entonces miramos el último nivel, el nivel de pshat. La última letra del nombre de Hashem, la hey inferior, está relacionada con el nivel de Maljut. Aquí, haremos una introducción que nos habla de lo importante que es entender correctamente el significado literal de la escritura.
Primero, ¿qué es el pshat? Cuál es el sentido simple (pshat) de la palabra pshat? Teóricamente, todo el mundo sabe qué es pshat- (pshat es la interpretación material del texto: cuál es el sentido literal de cada palabra, frase y párrafo), y aún así no es tan sencillo (pshut). Se explica de uno de los más grandes discípulos del Baal Shem Tov, que conocía -digamos-las habitaciones de la Torá dijo, hablando de sí mismo: “ hasta la vejez no supe qué significaba la palabra pshat”. Sólo entonces entendió que realmente existe el pshat, que está relacionado con el nivel de las letras en el sistema de Tanta.
Las letras, es la parte clara que cualquier ojo puede ver. Los taguim -tema que hemos estudiado en posts anteriores- son sólamente alusiones; unas lineas muy delgadas, a veces ni siquiera te das cuenta que están. Hay una ley que dice que el que lee la Torá en la sinagoga, debe ver el rollo de la Torá, y no leer de memoria. Si él ve las letras que hay en el rollo de la Torá y no ve los taguim, se considera que cumplió con su obligación.
También, para comprender lo que leemos, los taguim no añaden al sentido que revelan las letras.
El pshat, rectificación de la Maljut.
El principal trabajo de la rectificación del yo es hacer distinción entre Maljut de Kedushá y Maljut del otro lado, opuesto a la Kedushá.
Es decir, distinguir entre el yo del nefesh elokit, el alma divina, que es Maljut de Kedushá, y el yo del otro lado, yo del alma animal (nefesh behemit), que es el Maljut del mal, que viene de Esav. Este es el principal trabajo.
Hay Maljut de Adam haRishon antes del pecado, y hay Maljut de la serpiente, que impurificó y metió la impureza en Javá. La serpiente impurificó a Javá, y después Javá impurificó al primer hombre, Adam Harishon. Maljut del otro lado, del sitra ajra, o lo que es lo mismo, Maljut de la serpiente, tocó al Maljut de la Kedushá. Maljut es el punto más sensible de todo el sistema de las sefirot superiores. Sobre ella se dice: “sus piernas bajan hasta la muerte”. Maljut puede meterse, digamos, decantar y impurificarse en las profundidades de las kelipot. Ese es el secreto: de “la oveja que calla delante de los que la van a degollar”. .
En el exilio, Maljut se hace inmovil, no puede expresarse. Maljut, el secreto del habla (dibur). Y la principal crisis del pueblo de Israel, es la crisis de Maljut de Kedushá, frente a lo que llamamos Maljut de Sitra Ajra.
La rectificación de la Maljut empieza al elevar o subir a la Maljut de su caída, de su exilio. Esto es construir la Suká de David ha nofelet (la Suká caída de David). Maljut es la sucá de David, y cae entre los Kelipot, y hay que levantarla. Levantar la Shejiná del polvo, del polvo de la tierra.
Y cómo se levanta? Con un pshat bueno. Entonces, todo el término del pshat y la necesidad del pshat, mediante la conexión correcta con las letras está relacionada con la rectificación de la Maljut, relacionada con la gueulá, la redención.
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