Kislev: El Mes de los Sueños

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En las porciones que se leen durante el mes de Kislev, encontramos la mayoría de los sueños monthsmencionados en la Torá. En el texto de los cinco libros de la Torá encontramos diez sueños explícitos, soñados por siete «soñadores», todos en el libro de Génesis.

El primer sueño, de Avimelej el rey de Guerar, aparece en la porción de Vaierá leída en el mes de Jeshvan. Los otros nueve aparecen en Vaietzé, Vaieshev y Miketz, todas durante el mes Kislev.

De acuerdo con el bien conocido principio de la Torá que debemos «vivir con el tiempo», o sea con la porción semanal de la Torá, el tópico de los sueños será un tema de meditación apropiado para este mes.

Durante este «mes de los sueños» debemos esforzarnos por examinar y clarificar en nuestra alma el tema de «el sueño», para encontrar las profundidades de sus raíces en el alma y resolver el rompecabezas de manera correcta y apropiada.

Cada mes está asociado con una gema en particular de las 12 piedras preciosas engarzadas en el pectoral del Sumo Sacerdote. La gema de Kislev, el noveno mes (que evidentemente corresponde a los 9 sueños ya mencionados del mes), es la «amatista» (ajlamá en hebreo), la novena piedra del pectoral. En su Libro de las Raíces Hebreas, el Radac, rabí David Cordovero, explica que la raíz de ajlamá es jalam, «sueño» y «aquel que lleve una (amatista) en su dedo seguramente verá sueños».

noche y estrellasAhora bien, la solución de los sueños de Iosef –sus hermanos, el sol, la luna y las once estrellas postrándose frente a él- es relativamente transparente. Sin necesidad de interpretación, tanto sus hermanos como su padre Iacov comprendieron que el significado del simbolismo de los sueños de Iosef era que ellos iban a presentarse y postrarse ante él, como se entiende de la sorpresa de su padre al decir: [Génesis 37:10-11]: ¿Tú quieres que yo, tu madre y tus hermanos vengan a postrarse frente a ti?» De todas maneras: «su padre esperó ver el resultado».

De esto queda claro que así como Iosef, «el tzadik, el fundamento del mundo», es «un intermediario que conecta» los reinos espirituales y físicos (según el secreto del versículo que recitamos diariamente en las plegarias matutinas: «incluso todo en los cielos y la tierra», traducido como «que esta sosteniendo los cielos y la tierra») también es un «intermediario que conecta» los sueños transparentes que no necesitan soluciones y los sueños enigmáticos que si  necesitan ser interpretados (los primeros provienen de una fuente superior, mientras que los enigmáticos son una expresión de la esencia de Di-s manifestada en la capacidad de soportar paradojas, como discutiremos más adelante).

LA SALUD FISICA Y LA MENTAL

Otra forma de la raíz hebrea jalam es hajlamá, que significa «salud» en general, tanto mental como caminar playafísica, y «recuperación» de una enfermedad en particular. Al agradecer a Di-s después de haber estado enfermo y recuperarse, el rey Jizkiahu oró así (Isaías 38:16): «restáurame (de la raíz jalam) y hazme vivo»

Los naturalistas han explicado que la aparición de un sueño en nuestra alma es similar al fenómeno de una persona enferma que transpira, y en ese sudor es la separación y la secreción de los residuos y toxinas que le impiden ser una persona sana. Este proceso es uno de los primeros signos de que el enfermo está en el camino de la recuperación.

De todas maneras, aunque la «eliminación de los productos de deshecho» es ciertamente una propiedad externa importante del sueño, a un nivel más profundo el sueño sirve para revelar en nuestra alma la luz de Di-s, Su providencia y Su voluntad.

En general encontramos que la presencia del mal o «productos de deshecho» impiden la revelación Divina, mientras que la separación del mal despierta la revelación Divina, como en el versículo (Génesis 12:14): «Después que Lot lo abandonó, Di-s le dijo a Abram». Rashi explica que «mientras que el perverso residía con él, la palabra de Di-s estaba alejada de Abram».

Por sus propiedades «saludables», la yema del huevo es llamada jelmón (de la raíz jalam, significando salud o recuperación), como en el versículo (Job 6:6): «existe alguna utilidad en la yema del huevo». La parte exterior blanca es llamada jelbón, de la raíz jelev, «grasa», como en el versículo (Levítico 3:3): «La grasa que cubre las entrañas».

La yema refleja el aspecto de las «entrañas», apuntando en el alma a la idea del versículo (Salmos 64:7): «porque el pensamiento interior del hombre y el corazón, es profundo». Es a este nivel que se manifiesta el sueño. Similarmente la yema refleja el nivel de «luz que ilumina a uno mismo», en contraste con la parte «blanca» que representa «la luz que ilumina a los demás».

Esta distinción interior-exterior se nota también en la luz del propio sol (el vector fuerza de la luz dentro del núcleo del sol se dirige hacia adentro). Así, el sueño refleja la luz interior oculta del alma, la luz que brilla para si, que es el origen de la salud mental y física.

¡¡ Jodesh Tov Lekulam!!

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