Shalóm y Bienvenid@s al comentario de nuestra parashá.
Nuestra lectura semanal que leeremos esta shabat nos lleva a un estudio fascinante de los preceptos. De hecho, en esta Parasháh se describen 74 de los 613 Mitzvót de nuestra Toráh. Entre éstas, encontramos las «leyes de la cautiva bella», los derechos de herencia del primogénito, «la ley del hijo rebelde y descarriado».
En otra parte, aparecen las leyes que protegen los derechos del esclavo, del trabajador y de cualquier ser vivo que trabaja para uno. Aparecen las leyes del divorcio y otras leyes que permiten a la mujer reconstruir su familia en el caso de que su marido ha fallecido. Al final de la parashá aparece la siguiente ley del recuerdo:
זָכוֹר אֵת אֲשֶׁר עָשָׂה לְךָ עֲמָלֵק בַּדֶּרֶךְ בְּצֵאתְכֶם מִמִּצְרָיִם
Recuerda lo que te hizo Amalek cuando ustedes salían de Egipto (Dvarím 25:17)
Ahora, nos detenemos en explicar una de las leyes que aparecen en la parashá:
El precepto de devolución del objeto perdido
Lógicamente, podemos pensar que la persona que encuentra un artefacto suelto, puede quedar con este «regalo» ya que tuvo la buena suerte de encontrarlo, mientras que la pérdida de tal objeto fue una justicia que llegó desde arriba. Aqui la ley judía entra en acción: Un judío no puede ignorar tal situación, y tiene la obligación de actuar y devolver el objeto perdido a su propietario original. un judío no puede actuar con egocentrismo, y debe tratar el objeto perdido como si perteneciera a su propio hermano.
Hasta aquí, hemos tratado la interpretación mas explícita de este precepto: Tenemos que devolver el objeto perdido a su propietario. pero ¿que es lo que pasa si lo que se ha perdido es un ser humano?
En la Gmarah, aparece el debate/alegoría que enseña «lo que debemos hacer cuando encontramos a alguien que se perdió entre los huertos». Cuando lo perdido no es algo físico sino espiritual, también tenemos la obligación de devolver lo perdido su propietario.
Or Hajaím Hakadosh, «renueva» la interpretación diciendo que todo israel son descritos como Tzón kedoshim. Son el ganado que, en el caso de perderse, deben encontrar su camino de vuelta. entonces es cuando Los Tazikím «no pueden ignorar» (לא תוכל להתעלם /lo tujál lehitalém/) y encontraran el modo de ayudar a su pueblo volver a encontrarse en el camino correcto.
Los casos mas difíciles pasan cuando la persona ya no es consciente de que esta perdido. Ya no pose de motivación de encontrar el camino correcto. Aquí, nuestra obligación es mas importante todavía: Hay que volver a enseñar el camino correcto, para cada uno de los hermanos judíos, para que pueda volver entre nosotros.
(Basado en el libro de «Etz Pri» del Rav Ginsburgh. la entrada en hebreo)
Deseamos a todos Shabbat Shalóm umevoraj
Desde todo el equipo de OrEinSof