Yom Haatzmaut: Jag Sameaj

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En estos días en que festejamos un nuevoaniversario de la independencia de Israel, nos viene a la memoria del histórico anochecer del viernes, 14 de mayo de 1948, 5º día del mes de Íar, cuando el pensamiento de todos los judíos del mundo se volvió al oscurecido edificio del Museo Municipal de Tel Aviv, donde se hallaba reunido el primer Consejo del Pueblo del país judío. Todos aguardaban expectantes las palabras que vendrían de allí, abriéndose camino como haces de luz por entre negros nubarrones. Ante la mesa rodeada por los representantes del pueblo, David Ben Gurión se levantó de su asiento, y exclamó con voz firme:  Fiestas Judías: Iom Haatzmaut

—»¡ Am Israel jai be-Israel!»
(«¡El pueblo de Israel vive en Israel!»)
(texto de Moshé Korín, de http://www.delacole.com)

Después de recordar a todos los caídos por la supervivencia de Israel hoy celebramos la proclamación de independencia, el inicio del establecimiento del único hogar verdadero para todo el pueblo judío después de 2000 años, el Estado de Israel. Es bueno hacer alegría en este día, y os proponemos  el siguiente artículo de Rab Ginzburgh. ¡Jag Sameaj! El equipo de oreinsof.

Un Mes Trascendental

 

  El Estado de Israel fue establecido el día 5 del mes de Iar del año 5708 (1948), Yom Hatzmautcuando sus padres fundadores firmaron la Declaración de la Independencia. En este día –conocido como el de La Independencia de Israel (Iom Haatzmaut)– la Tierra Santa, prometida por Di-s al Pueblo Judío, fue restituída a la soberanía judía por primera vez en casi dos mil años.

 A pesar de que este fue un evento trascendental, el nuevo país carecía de su corazón: el Jerusalem antiguo, el sitio histórico del Templo Sagrado, foco de la vida y la plegaria de nuestro pueblo.

 Posteriormente, el día 28 del mismo mes pero diecinueve años más tarde, la antigua Jerusalen fue liberada de manos de los árabes durante la Guerra de los Seis Días de 1967. En aquel día, la ciudad más sagrada sobre la tierra fue reunificada bajo la soberanía judía. En las palabras de los Salmos (122:3): “la ciudad fue reincorporada”. Por eso el 28 de Iar es conocido como el Día de Jerusalem (Iom Ierushalaim).

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       Sin embargo, a pesar de estos eventos milagrosos, el moderno Estado de Israel parece estar enredado en una maraña de crisis que lo deterioran. El terror y la guerra lo amenazan de todos lados, los custodios del estado claudican diariamente a los derechos a la tierra del pueblo judío, abandonando áreas estratégicas vitales en manos de enemigos jurados, pisoteando a su vez los principios más sagrados para el pueblo en todas las generaciones. El país está plagado de grietas culturales. El país está plagado de grietas culturales dentro de su propia sociedad en cuanto a las áreas política, religiosa y social y está debilitada moralmente por una ideología nacionalista agotada que ya no logra inspirar a sus hijos e hijas. Ahora está claro para todos que, aunque millones de judíos han retornado a la Tierra Prometida y la han recontruido físicamente, el Estado de Israel está muy lejos de satisfacer la visión judía de la verdadera y completa redención.

       No obstante, “el Santo Bendito Sea, siempre provee la cura antes de la enfermedad” (Meguilá 13b). Di-s ha provisto el potencial de rectificar esta situación aparentemente irremediable. Si examinamos los caminos de la Divina Providencia, podemos discernir la cura en las circunstancias que rodean el establecimiento del Estado de Israel y la liberación de Jerusalem.

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Curando con la Luz

       Es seguramente por Providencia Divina que los dos eventos más sobresalientes de la relativamente corta historia del Israel moderno acaecieron en el mes de Iar. Para apreciar acabadamente el significado de esto, debemos dirigirnos hacia la Torá, el plan de Di-s para la creación.

       Debemos primero tomar en consideración el nombre del mes, porque Di-s creó todo, tanto las entidades tangibles como los fenómenos temporales o espirituales, a través de su nombre hebreo.

       El nombre corriente del mes, Iar, está relacionado a la palabra “luz”, en hebreo or. Vemos también en la Biblia (Reyes I 6:1) una referencia explícita a este mes donde es llamado Ziv, “resplandor”.

       En cabalá, la palabra Iar se interpreta como un acrónimo de la frase hebrea (Exodo 15:26) “Yo soy Di-s, tu curador” (ani Hashem rofeja). Por eso este mes es conocido como el del poder de curación Divina, la curación a través de la luz. (Esto está de acuerdo con la modalidad del Baal Shem tov, no atacar directamente a la oscuridad, enfrentarla pero desactivándola a través de la luz: “una pequeña luz discipa mucha oscuridad”.)

      Una Segunda Oportunidad

       ¿Por qué la curación con la luz es particularmente relevante a la situación de hoy en Israel? Para apreciar esto examinemos el lugar especial que ocupa este mes en el esquema del tiempo de la Torá.

       En la Torá, sólo una festספר התורה העתיק בעולםividad cae en Iar: La Segunda Pascua Judía (Pesaj Sheini) el día 14. Normalmente la Torá nos indica celebrar Pesaj el día 14 de Nisan, el mes anterior, pero una persona ritualmente impura o que está muy lejos del Templo en esa fecha, imposibilitada por lo tanto de celebrar la festividad trayendo el sacrificio al Santuario de Jerusalem en ese día, tiene otra oportunidad el Segundo Pesaj.

       Aunque el año judío comienza en el mes de Tishrei, los meses se cuentan a partir de Nisan, por lo que Iar es el “segundo” mes tanto en cuanto a su orden como a que es el mes en el que se brinda una segunda oportunidad.

       Cada festividad en el calendario hebreo nos enseña una lección básica de cómo cumplir con nuestro propósito en la vida, de cómo servir a Di-s al máximo todo el año.

       El mensaje del Segundo Pesaj -y por lo tanto el mensaje general del mes de Iar- es:    

NUNCA ES DEMASIADO TARDEcaminar

No importa en qué situación nos encontramos, no importa cuán bajo hemos caído, no importa cuán impuros nos podemos sentir o cuán lejos estemos de nuestros objetivos de vida, siempre podemos, con la ayuda de Di-s, rectificar nuestra situación.

Y también es así en cuanto al Estado de Israel. El hecho de que fue fundado y las guerras fueron libradas y ganadas en el mes de Iar nos enseña que no debemos desesperar. El poder de la luz puede sobreponerse a la oscuridad, nunca es demasiado tarde para rectificar la situación.

       Extractado del último libro del rabino Ginsburgh: “Rectificación del Estado de Israel”