Conectarse a las raices | Tu bishvát

B»Holamot

Querida comunidad. Durante estos días, celebramos la fiesta de los arboles. En la historia de nuestro pueblo, se da mucho respecto a los arboles. los plantamos en los sitios que deseamos establecer nuestras casas y familias, y tenemos nuestras leyes halájicas que les protegen. ¿Quizás todo este trato especial que tenemos con los arboles proviene del profundo significado que el crecimiento del árbol tiene para nosotros?

El estudio de la kabbalah demuestra algo interesante al respecto: Nuestro Rav  habla del árbol que esta creciendo dentro de cada uno de nosotros. Nos invita a conectarse con nuestras raices. Os presentamos la segunda parte del articulo «El hombre- el árbol del campo» (כי האדם עץ השדה Ki haadám, Etz hasadé). Extraído del libro Olamót (Mundos). Editado por Nir Menossi.

Desde la ultima entrada:

«De primera vista, parece que para comparar la persona con el árbol, hay que imaginar al hombre creciendo desde abajo hacia arriba. es decir, se alimenta de la tierra y se eleva intelectual y espiritualmente. Sin embargo, podemos añadir otra figura de contraste, es la dimensión paralela  del crecimiento, y se ilustra mediante una imagen de un árbol inverso, cuyas raíces están en el cielo, y sus ramas llegan a la tierra.»

Conectarse a las raices

Se puede dividir las partes del árbol  en 4 partes principales. la Kabbala   nos habla de las raices, el tronco, las ramas, y los frutos. Cuando intentamos comparar estas partes con las partes del ser humano, debemos utilizar un modelo que intermedia entre los dos. En la Kabbala, el modelo de que contiene estos cuatro elementos es  el «Shem hameforash», (yo-d ke-i va-v ke-i). En nuestro caso, es un modelo muy apropiado, ya que el hombre se creo también «Betzélem elokim», en su imagen y su semejanza. Seria adecuado describir su estructura a través de estas letras.

si organizamos las partes del árbol, recibimos la siguiente estructura

Yod Raices
Kei Tronco
Vav Ramas
Kei Frutos

 Las raices

La parte mas sublime y elevada en el crecimiento espiritual del hombre es la Raiz de su alma. El hombre cultiva el origen de su vida y de su inspiración desde un sitio que esta oculto de la vista. En el árbol, las raices están escondidas dentro de la tierra, pero en nuestro modelo inverso del árbol, las raices apuntan arriba, y la fuente de vida proviene desde mas allá que el cielo.

En el nombre del «Havaia», la letra que coincide con las raices es la letra Yod (י). En el alfabeto hebreo, representa como «un punto en el aire».  Es la única letra no tiene ninguna base. Estas características destacan el hecho que en la raíz de nuestra alma no tenemos nada mas que un núcleo minúsculo y no realizado. en este nucleo, nuestras fuerzas y rasgos existen únicamente en su potencial.

El tronco

Cuando la raiz del alma «germina» y crece, se convierte en un tronco. En nuestro modelo, el tronco es una personalidad integrada, que se alimenta de las raices, pero los expande. cada vez se forma un nuevo «anillo». el punto del «Yod» se expande a un área. la letra «He» (ה) representa,  junto con la primera letra, la relación entre la mente y el corazón. La mente es el hogar de los pensamientos y del entendimiento, la «Biná» (בינה). todavía se trata de una idea abstracta, pero ya se desarrolla a una entidad mas compleja y completa.

las ramas

Mientras que las dos capas anteriores describen un desarrollo interno, la tercera capa representa la interacción con el mundo exterior. La forma de la letra «Vav», (ו) se asemeja a una rama que conecta el árbol con con el mundo terrenal. las hojas que tiene permiten captar la luz y convertirla en energía para el árbol. asimismo, la persona adquiere experiencias y enseñanzas del exterior, y estas contribuyen a su desarrollo.

Los frutos

La ultima fase del crecimiento del alma y su realización en la tierra se representa mediante los frutos. Los frutos son lo bienes que podemos dar al otro, y son mayoramente los mitzvót y buenos actosse represntan mediante la letra «He» (ה). la misma letra que representaba anteriormente el desarrollo de nuestra personalidad. los frutos, entonces,  son una especie de «replicación» de nuestra personalidad. la relación de las ultimas letras («Vav» y «He») no es tan estrecha como con las dos primeras («yod» y «He»), que forman un nombre sagrado en si. Esto refleja la posibilidad de «separarnos» de los frutos y entregarlos al prójimo.

Conectar a nuestras raices

Varias son la formas de aportar nuestros frutos a nuestro entorno, a través de nuestras palabras, nuestros actos, proyectos y obras. lamentablemente, lo que decimos y lo que hacemos no siempre esta profundamente vinculado con la abundancia única y profunda de la raiz de nuestras almas. con nuestras manos, vamos arrancando las ramas y los frutos, desvinculándolos de nuestro tronco y raíz.

El destino interior de Tu bishvát es plantarnos nuevamente en nuestra tierra espiritual, interiorizar nuestra esencia oculta dentro de nuestra vida. Es fascinante contemplar la fecha de esta fiesta especial: 11 es el numero del mes de Shevát (contando del mes de Nisán) en gimatria son «Vav He» . 15 es su día («Yod He»). !Es una fecha que nos invita poner el «Yod he» en «Vav He»! Tenemos que inspirarnos de nuestras capas interiores y manifestar los en cada uno de nuestros frutos exteriores.

Les deseamos una feliz fiesta de Tu bishvát. Buena plantación de vuestras ideas, alegre cultivo y prospera recompensa para tod@s.

Lightletter, el equipo de OrEinSof

REBELIÓN EXITOSA : SHOVAVIM (II)

B»H

PREGUNTA: ¿Cuál es la rectificación de la rebeldía negativa?

A primera vista parecería que la rectificación es simple, tirar en la dirección opuesta. Si hasta ahora has sido rebelde y traidor, de ahora en adelante debes volver al sendero, aceptar eniño rebeldel yugo y la disciplina y empezar a ser «un buen chico». Si bien en cada niño hay algo de rebelde, al final tienes que madurar y entender que el desenfreno y el libertinaje no es la meta. Hay juicio y hay juez, hay verdad y justicia, y es hora de que aprendas a tomar el control de ti mismo, empezar a hacer lo que corresponde y no lo sólo lo que tengas ganas de hacer.

Esto se puede apreciar bien en el contexto de “hacer teshuvá” (es decir, dejar de darle la espalda a Dios y la Torá) muchos judíos pueden dar testimonio de cómo vivieron durante largos años de manera “rebelde”: ¡yo hago lo que “se me ocurre” y nadie me diga lo que tengo que hacer! ¿Por qué someterme a una tradición antigua que no tiene ningún significado para mí? Pero he aquí, llegó el día en que el rebelde ya crecidito descubre de repente que esa Torá que su abuelo estudió en la ieshivá, esos preceptos que la abuela dio la vida por cumplir, no es una obsoleta pieza de museo, sino una “Torá de vida«, una enseñanza que no prescribe nunca, la “Torá de la verdad” en la que cada signo oculta una profunda sabiduría. Entonces, él se agarra la cabeza y se da cuenta de que hasta ahora vivió en un mundo sin sentido, en una rebeldía que le dio una sensación imaginaria de libertad y diversión, pero en realidad era es vana e inútil.

Rebeldes Buenos

moisesPero aunque cambiar a un estilo de vida religiosa es un largo camino en el sendero de la teshuvá, la rectificación definitiva todavía está pendiente. Ya hemos mencionado que un niño travieso contiene un especial tesoro de potencial. Su energía y astucia son bienes preciosos que claman por una mano que guía. ¿Hacer teshuvá significa suprimir completamente toda picardía y rebeldía? ¿Significa esto que tenemos que convertimos en autómatas obedientes e insípidos, sin una chispa de audacia y desafío? Desafortunadamente, los baalei teshuvá sufren de este tipo de imagen negativa, pero ha llegado el momento de liberarnos de ella. Ha llegado la hora de que todos los rebeldes hagan travesuras buenas y están todos invitados a transformar su rebeldía en un motín sagrado.

Cuando miramos más detenidamente los versículos antes citados que se refieren a los rebeldes, vemos que tienen un lado positivo. Por ejemplo, el versículo: “Retornen, hijos rebeldes”, concluye con la frase: “Yo sanaré su rebeldía”, o sea que hay una cura para la rebeldía. De hecho, la palabra “rebelde” (שׁוֹבָב , shovav) tiene la misma raíz que «retornar» (שׁוֹב , shuv), que es la raíz de teshuvá (תְּשׁוּבָה ). Esta raíz aparece casi siempre en un contexto muy positivo, como en el verso: “Retornen hijos rebeldes” (שׁוּבוּ בָּנִים שׁוֹבָבִים , shuvu banim shovavim) en el que las dos palabras aparecen en relación una con la otra. La teshuvá transforma al rebelde en un buen amotinado.

Esto significa que alguien que tiene una personalidad rebelde no necesita suprimir la energía vital que arde dentro de él. El rebelde es astuto y rápido, tiene coraje y audacia. Pero ahora debe comportarse con «audacia sagrada”, como dice la Mishná: «Sed tan audaz como un tigre… para llevar a cabo la voluntad de vuestro Padre que está en los Cielos».Tenemos que hacer uso de todas nuestras facultades y talentos, y con sabiduría y discernimiento aprovecharlos para servir a Dios. En efecto, el principio más fundamental del judaísmo es “aceptar el yugo del Cielo». Por el contrario, el libertinaje es llamado “quitarse el yugo», y en el pensamiento jasídico se considera el pecado arquetípico de la impureza. Sigue leyendo