B»H
Queremos compartir un libro que está dedicado a Janucá, compilado por Rabí Moshé Bogomilsky z»l. Nos viene de buena mano, de nuestro amigo de Budapest Ádám Szántó-Varnagy. Quien quiera tiene el libro en inglés, el link es: http://www.hebrewbooks.org/15502
Os traemos un fragmento para que lo disfrutéis. El equipo de Oreinsof,
LOS DUDAIM DIERON SU OLOR
PREGUNTA: según el Midrash la sentencia: las mandrágoras (dudaim) dieron su olor se refiere a Rubén (del cual se dice: “él encontró mandrágoras en el campo” Bereshit 30, 14). Y es él quien salvó a José (pidiendo que fuese arrojado al pozo en medio del desierto). La sentencia: “en tus puertas hay frutos deliciosos”, se refiere a las Velas de Janucá, que están junto a la puerta principal de la casa.
¿Qué es lo que quiere decir el Midrash?
Cuando los hermanos de José lo vieron desde lejos, conspiraron para matarlo. Rubén dijo a sus hermanos: “Al tispejú dam”, no derraméis sangre (Ber 37, 22). De acuerdo al Arizal (en su Sidur) Rubén les advirtió que si derramaban su sangre y lo mataban no tendrían el mérito de las 44 velas de Janucá (la palabra DaM, equivale numéricamente a 44).
Asi pues, el Midrash nos enseña que gracias a la intervención de Rubén a favor de José, hoy tenemos “preciosos frutos”: las 44 candelas de Janucá ante nuestras puertas.
Además de esto, una vez un hombre hizo un generoso donativo para la construcción de una sinagoga y pidió que su nombre fuera inscrito junto a la entrada. Los directiva de la comunidad se opuso argumentando que las buenas acciones deben hacerse discreta y silenciosamente. El asunto fue consultado al Rashba (Rabino Shalomo ben Adret), quien decretó (Responsa vol. 1 #582, ver Rama, Yoré Deah 249), que Mitsvah lefarsem otei mitsvah, es mitsváh publicar quien fue el que hizo la mitsvah, a menos que los que la hicieron objeten y pidan no ser reconocidos públicamente. Él basó su sentencia en el versículo de la Torah que dice: “Y oyó Rubén y él lo rescató de sus manos” Ber 37, 21; el cual muestra que la Torah es de la opinión que uno debe recibir reconocimiento público por una buena acción.
El propósito de encender las velas de Janucá ante la puerta de la casa es difundir el milagro de Janucá y simultáneamente la buena acción de los Hasmoneos, por el mérito de los cuales fue recibida la salvación de Hashem.
Por lo tanto, el Midrash está diciendo que podemos derivar una importante revelación de los dudaim, que emiten su fragancia, es decir, de Rubén, que es asociado con los dudaim, y cuya buena acción es recordada en la Torah por toda la eternidad. Así también aprendemos que es lo propio poner “los preciosos frutos a nuestra puerta”, la luz de Janucá en el exterior, difundiendo el milagro que fue traído gracias a los rectos Hasmoneos.