Ser sensible a lo oculto | Sod Hashem Lireav (10)

Decía el Baal Shem Tov que el todo está incluido en cada cosa.

Kutso shel YudUno de los dichos que más gustaban al Baal Shem Tob es: «lejakima birmisa», algo así como «para el jajam (el sabio, relacionado con la sefirá de Jojmá) con una pista (rmisa) puede captar». Esta pista, se refiere al ápice superior de la letra Yud (Kutso shel Yud) del nombre de Hashem.La unión entre esta marca ascendente en la letra Yud y el  cuerpo de la letra Yud, representa ese manantial del infinito, que procede del supraconsciente y llega al consciente. EL infinito que tienes en tí se conecta en tí en ese punto. Es una marca diminuta, el elemento más pequeño del texto de la Torah, pero si la letra Yud carece de ese Kots, todo el texto del Sefer Torah se considera Pasul (inservible). Esa parte de la Yud representa a la sefirá de Keter, el supraconsciente que se revela en la consciencia (en el inicio de la consciencia), en la sefirá de Jojmá.

Aunque este ápice de la letra Yud está en todas las letras, sólo en la Yud es observable. Dice Najman de Breslav, que el mundo está lleno de pistas, pero no las  notamos. Nosotros no somos estos sabios por los que está escrito: lejakima birmisa. Por eso, estas pistas pasan por nuestro lado y no las cogemos. Esto también tiene un sentido negativo. Hay personas que pasan su vida atentos a signos, a pistas, que solo son pistas falsas. El magid de Mezeritch dice que el mundo es un juego del escondite. En cada cruce de caminos, Hashem nos da pistas, de como tenemos que encontrarle. Cuando una persona tiene muchas pistas para encontrar a Hsehem es bueno. Pero cuando la persona tiene llena la consciencia de cosas para sí mismo: sobre su destino, cómo hacer mas dinero, eso es una enfermedad de alma. Sigue leyendo