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Queridos lectores, en la serie dedicada a «Cabalá y Educación» empezamos a apuntar la importancia del trabajo sobre la voluntad. ¡ Que paséis una buena semana, Shabúa Tov !
Tomaremos ahora la metáfora de ingresar y asentarse en la Tierra de Israel, explayándonos sobre ella para descubrir el gran secreto concerniente al rol de la voluntad en la educación. Este es uno de los secretos más profundos y a la vez más prácticos de la Torá, de acuerdo con la cabalá. El entendimiento de la voluntad de aprender es esencial, ya que este aspecto del ser es una extensión de nuestra verdadera capacidad de aprender.
La voluntad es el nivel suprarracional (o keter, “corona”) del alma. Es la fuente primaria de energía y motivación para nuestra personalidad y el origen de toda actividad conciente, ya sea pensar, hablar o hacer. Es semejante a lo que los psicólogos seculares llaman “impulso”. Aunque algunos identifican al impulso primario como sexual, otros sostienen que es el instinto de supervivencia, mientras que otros lo describen como un deseo de unirse a Di-s. Este último es el más cercano al modelo cabalístico de la personalidad, aunque todos son verdaderos desde una cierta perspectiva siempre y cuando la motivación subyacente sea sagrada.
La cabalá enseña que “no hay nada más poderoso en el alma que la voluntad” y “nada se puede oponer frente a la voluntad”. Esto implica que la voluntad es la fuerza más potente en el universo, tanto dentro de una personalidad individual como en el mundo como un todo. No obstante, cuando es vaga y generalizada, no tiene un verdadero poder operativo. Sólo puede manifestar su fuerza cuando está focalizada y concentrada sobre un punto u objetivo. Sigue leyendo