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Educación y Cabalá (3): Entrando a un Nuevo Estado del Ser
Estimados lectores y lectoras. Esta semana revisaremos el concepto de «inspiración», explicado a partir de la idea de «entrar a la Tierra de Israel». Que sepamos todos encontrar el camino, entrar y asentarnos firmemente en ella, ¡Shavúa Tov, Feliz Semana a tod@s!
Comparar la educación con la ascensión a la Tierra de Israel nos permite adquirir una nueva comprensión del tipo de dificultades que ella comporta.
En la Torá, Moshé y Iehoshúa dirigieron juntos el proceso de ascensión. Ambos se enfrentaron, como relata la Torá, con inmensos desafíos en sus relaciones con los Bnei Israel. Así como el Baal Shem Tov generaciones después, Moshé fue elegido para inspirar a Bnei Israel con una nueva comprensión de su identidad (a través de la transmisión de la Torá). Pero dado que el proceso de ir entrando en nuevos niveles de consciencia y la perspectiva de cambios, exige una eliminación de todas las presunciones, expectativas y hábitos previos, a Moshé se le ordenó conducir al pueblo a través de las yermas tierras del desierto. Limpiar totalmente lo viejo es siempre un pre-requisito para poder entrar en un nuevo nivel del ser.
La imaginaria seguridad de una auto-percepción estancada forma una barrera muy real de cara al cambio. Los cuarenta años vagando por el desierto sirvieron precisamente para ese propósito.
Aunque Moshé condujo a los Bnei Yisrael a través del desierto y los llevó a las orillas del Jordán, la mismísima frontera de la Tierra Prometida, él mismo no sería su guía en la entrada de la Tierra. Iehoshúa, el fiel discípulo de Moshé, cargó con el liderazgo del pueblo para entrar en la Tierra Prometida. Los primeros pasos de Iehoshúa como líder fueron atravesar el Jordán, lo cual es descrito con un lenguaje sumamente inspirador, casi poético, como en el relato de la conquista de la primera ciudad, Jericó. De todas maneras, inmediatamente a continuación, tiene lugar una seria derrota en la ciudad de Ai.
Así es todo crecimiento y cambio. Es fácil experimentar la excitación de la iniciación y sentirse inspirado para cambiar la propia vida con el propósito de acomodarse a nuevas verdades y comprensiones. Pero sin embargo, incluso esos ajustes en el estilo de vida y hábitos personales que de entrada parecen tan importantes, pueden resultar de hecho meramente superficiales. A menudo nos espera un brusco despertar, que nos “sacude” descubriendo que aun no hemos entrado totalmente en aquella “tierra” nuestra que pensábamos. La causa subyacente de este fracaso es la falta de un firme compromiso de nutrir nuestros conocimientos que acabamos de adquirir.
Por ejemplo, un padre lee un nuevo libro sobre la disciplina de los niños, e inmediatamente se ve inspirado por una nueva estrategia que funciona a través de evitar las amenazas o de alzar la voz. Prueba con sus hijos la nueva estrategia, e inicialmente –quizá porque los niños tienen un día especialmente cooperativo- efectivamente parece funcionar. Pero pese al éxito inicial, si algo parece no ir bien del todo, al primer signo de problemas, el padre se frustra, pierde la compostura y encuentra imposible usar la nueva estrategia. El fracaso en integrar en un todo cada parte del sistema, demuestra que había niveles de “paternidad” que no habían sido afectados todavía por la nueva estrategia inspiradora. Al afrontar la estrategia con ambivalencias, no se vieron afectados por el proceso de iniciación y por lo tanto no compartieron la meta común de cambiar. Estos niveles de la persona permanecieron inalterados y desmotivados, y continúan identificándose con las viejas, familiares y habituales formas de afrontar la situación. A consecuencia de que la iniciación no fue completa, la subsiguiente fase de integración no tuvo éxito.
La segunda fase de la llegada a la Tierra de Israel tiene relación con la tarea de asentarse en la tierra. De ello hablaremos la semana que viene.
HERMOSO MENSAJE… HERMOSA FRASE…Limpiar totalmente lo viejo es siempre un pre-requisito para poder entrar en un nuevo nivel del ser……GRACIAS…
Gracias a tí, Martha, por el comentario. Es una grata… «coincidencia» que estemos empezando el mes de Elul, el mes en el que recitamos las Selijot (súplicas de perdón) y tenemos que hacer autoexamen, es decir, limpiarnos. Un cordial Shalom desde OrEinSof