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Cabalá y Educación (2). Las Fases del Crecimiento Espiritual.
Seguimos con el tema «Cabalá y Educación» . Con nuestro mayor deseo de que esta serie de artículos sea inspiración e integración para todos y cada uno de vosotros. ¡Shavúa tov, feliz semana!
A partir de estos dos “sinónimos” de “educación”, jinuj y hadrajáh , se derivan dos substantivos Hebreos, mejanej y madrij, que literalmente se traducirían como “educador” y “guía”. Siguiendo nuestra nueva comprensión de estos dos términos, podríamos traducir mejanej como “iniciador” (es decir, un individuo que actúa como fuente espiritual) y madrij como “integrador”.
El Quinto Rebbe de Lubavitch, Rabí Shalom Dov Ber, dijo en una ocasión: “El Ba’al Shem Tov [el fundador del Jasidut] es el primero entre los Mejanjim; Rabí Schneur Zalman [el fundador del Jasidut de Jabad] es el primero entre los Madrijim.”
Así, el Ba’al Shem Tov se considera el inspirador por excelencia, mientras que Rabí Schneur Zalman de Liadi manifiesta la quintaesencia de la cualidad de integración. Como veremos a lo largo de nuestras entradas sobre la educación, la identificación de estas figuras insignes del judaísmo con cada una de las dos facetas de la educación nos será inmensamente valiosa para la comprensión de la distinción entre inspiración e integración.
Otro dicho del Rabí Iosef Itzjak Schneersohn, el Sexto Rebbe de Lubavitch, refleja esta relación y arroja luz sobre la misma: “El Baal Shem Tov nos mostró cómo deberíamos servir a D-os, y Rabí Schneur Zalman nos mostro cómo somos capaces de servir a D-os.”
A través del ejemplo personal, el Baal Shem Tov inspiró a discípulos a través de las generaciones, para mostrar que incluso en los tiempos en que la consciencia de lo Divino está distante o ausente, siempre es posible servir a D-os. Entre sus discípulos, Rabí Schneur Zalman en particular tomó sobre sí la tarea de integrar la conducta inspiradora y el mensaje a cada individuo del Baal Shem Tov. Podríamos reformular el dicho anterior diciendo:
“El Baal Shem Tov nos inspiró para servir a D-os; Rabbí Schneur Zalman nos enseñó cómo convertirnos en siervos de D-os.”
La parashá de la Torá que se lee en la fecha más cercana del nacimiento de ambos personajes, el 18 de Elul, es Ki Tavo , que empieza con las palabras: “Cuando entres a la tierra…”. Los Sabios nos explican que siempre que la Torá nos pide “entrar” en algo –sea entrar en la Tierra de Israel, o introducir una vasija en agua para la purificación ritual- debemos hacerlo de forma total. El Rebe de Lubavitch explicaba que lo mismo también es cierto aplicado a temas psicológicos o espirituales, especialmente cuando está involucrado un nivel más elevado de percepción. Sin una inmersión total, no se puede conseguir nada. Incluso si el cuerpo está situado físicamente en el nuevo ámbito, mientras la mente permanezca fuera, el esquema mental de su consciencia seguirá sin cambios.
La Torá utiliza un proceso de dos fases para describir el acto de “entrar en la Tierra”. La primera fase es el propio acto de traspasar la frontera de la tierra, mientras que el segundo se identifica con el asentamiento y la herencia de la tierra. Estas dos fases son un bello paralelo de la secuencia de inspiración e integración, así como del trabajo del Baal Shem Tov y Rabí Schneur Zalman, respectivamente. Juntas, la inspiración (que se origina desde arriba, en el reino espiritual) necesaria para cruzar los límites y entrar en la Tierra de Israel y el vigor (arraigado abajo, en el reino físico) requeridos para asentarse en la tierra y perdurar en ella, comprenden una experiencia de “inmersión completa«.
Extraído de: www.dimensiones.org