בס”ד
Shalom querid@s lectores de OrEinSof.com,
En honor del Shabat y del Rosh Jódesh Nisán –que será este mismo Shabat– nos complace compartir un nigún nuevo que estrenó el Rav Ginsburgh esta semana.
Este nigún acompaña los capitulos 111 y 112 de Tehilim.
¡Shabat shalom y jodesh tov!
Oded
Este es un nigún en honor al día del nacimiento del Rebe de Lubavitch, y también hoy es por Providencia Divina 25 de Adar, el día del nacimiento de la rabanit, la esposa del Rebe. Es decir que ella comienza el capítulo de los Salmos 112, y el Rebe dentro de unos días el capítulo 111. Los dos capítulos son una continuidad [tzemed], dos capítulos que están ordenados de acuerdo al alefbet. Hay sabios que acostumbran por placer supremo [de acuerdo al Zohar: raava deravin], cantar los dos capítulos juntos. O sea que esta pareja de capítulos pertenece al raava deravin, el lugar más elevado que existe.
Es un nigún simple, porque por supuesto pensamos también en los niños del “jeider” [la escuela elemental], que se adapte a ellos, y todos nosotros también somos niños del “jeider”. Luego se puede cantarlo nuevamente, en una escala más alta. Escuchemos esto nuevamente, cantaremos esto otra vez.
Quien quiere cantarlo pronunciando el Nombre de Dios, también puede agregar entre los versos la palabra “Haleluiah”, al principio. Como Haleluiah no es parte de la rima, entonces la melodía no se adapta de una forma natural, pero ciertamente se lo puede agregar, quien lo quiere recitar con el Nombre de Dios. Pero nosotros lo cantamos así.
Tehilim 111
Alabad a Dios. Agradeceré a Adonái con todo mi corazón en el círculo íntimo de los rectos y en su congregación. Grandiosas son las obras de Adonái; accesibles a todos los que las desean [contemplar]. La majestad y el esplendor son Su obra; y Su rectitud perdura por siempre. El ha establecido un memorial para Sus maravillas; graciable y compasivo es Adonái. Dio alimento a quienes Le temen, siempre tiene presente Su pacto. Ha dado a conocer el poder de Sus obras a Su pueblo, para darles la herencia de las naciones. Las obras de Sus manos son ciertas y justas; todos Sus mandatos son fidedignos. Hallan apoyo por siempre, hasta el fin del tiempo, establecidos en la verdad y la rectitud. A Su pueblo envió redención. Su pacto ha ordenado para siempre; santo y temible es Su Nombre. El principio de la sabiduría es el temor a Adonái. Es sano juicio para quienquiera lo hace; Su alabanza perdura por siempre.
Tehilim 112
Alabad a Dios. Dichoso el hombre que teme a Adonái, que inmensamente anhela Sus mandamientos. Su descendencia será poderosa sobre la tierra; será bendecido con una generación recta. La fortuna y la riqueza acudirán a su hogar, y su rectitud perdura por siempre. La luz brilla para los rectos, incluso en la oscuridad, [pues El es un Dios] graciable, misericordioso y justo. El hombre bueno da prestado con gracia, y mide sus propios asuntos con rigor. Jamás vacilará; de eterno recuerdo gozará el justo. No temerá noticias malas; su corazón es firme, confiando en Adonái. Su corazón se fía [de Dios]; no sentirá temor; finalmente, verá [la caída de] sus opresores. Ha distribuido [su riqueza], dando al necesitado. Su rectitud perdura por siempre; su cuerno se mantendrá alzado en honor. El malvado lo verá y sentirá enojo; rechinará sus dientes y se derretirá. El apetito de los malvados sucumbirá.
Partitura aquí http://jewi.sh/108v8
Excelente y buenísimo el vídeo del Rabino Ginsburgh entonando las melodías de los Tehilim 111 y 112, en honor al día del nacimiento del Rebe de Lubavitch y de la Rabanit Jaya Mushka.
Me impactó mucho la energía que transmite el Rabino al cantar estos salmos… la seguridad, la confianza, la fuerza y la vitalidad que transpira a través de sus gestos y su voz.
Gracias por compartir este vídeo.
Gracias querido Anónimo,
La verdad es que es un Nigún muy sencillo y también muy «pegadizo».
Así que me encontré cantándolo, sin parar, muchas horas este Shabat pasado.
Recomiendo leer con atención estos salmos ya que son muy interesantes y contienen unos versículos muy conocidos.
Una peculiaridad es que el salmo 111, escrito según el alfabeto, da la guematria de la Letra Alef (אלף = 111). Así se crea una belleza o gracia (jen = חן) especial, una simetría entre la posición de este salmo y la forma de su contenido.
Que tengas muy buena semana, es decir ¡shavúa tov!
Oded.
¡Totalmente de acuerdo! La melodía es de lo más pegadiza, y eso te permite estar atento a las palabras del salmo, entrando, cada vez más, en un estado de exaltación.
Os copio un fragmento del Rav Ginsburgh que habla del poder curativo de los salmos, del libro Psicología y Cábala, que os presentamos la semana pasada:
«El libro de los Salmos expresa plenamente las plegarias de nuestra alma a Di-s. Durante miles de años, lo judíos han recitado salmos para expresar las emociones de sus corazones destrozados en tiempos de adversidad y sufrimiento, para despertar la misericordia de Di-s y agradecerle los milagros revelados.
El Libro de los Salmos fue escrito por el rey David «el amable cantor de Israel». El rey David, la quintaesencia del rey, personifica el ideal del ego rectificado, humildad y sumisión. Cuando su esposa Mijal le reprocha su conducta poco digna por haber danzado ante el Arca de la Alianza delante del pueblo, él replica: «Y me comportaré de manera aún más humilde y seré bajo ante mis propios ojos…» Por virtud de su humildad ante D-os y ante sus súbditos, le fueron otorgadas al rey David fuerza y convicción, que le permitieron guiar a su pueblo intrépidamente, con la autoridad digna de un dirigente de Israel.
El rey David nos enseñó con su propio ejemplo que siempre es posible retornar a D-os. Cuando recitamos salmos, nos identificamos con el rey David, y por más alejados que nos sintamos de Di-s, el salmo eleva nuestro espíritu y nos devuelve la esperanza»