Del Rav | Las Primeras Diez Preguntas

בס”ד

Las preguntas vienen de la duda. La duda viene del pecado. El pecado viene de la ilusión. La Toráh nos fue entregada para salvarnos de falsas ilusiones.

La ilusión está en la mente. El pecado original, un acto físico, fue perpetrado de la mano a la boca (al tomar y comer del fruto prohibido). La duda está en el corazón. Desde el corazón la duda entra en nuestra mente como pensamientos, que entonces encuentran expresión en nuestra boca como preguntas.

Pero la ilusión per sé se inicia con una pregunta. La primera pregunta que aparece en la Torá es la de la serpiente primordial a Javá en el Jardín del Edén (el comienzo de la astuta persuasión de la serpiente para que Java coma del fruto prohibido):

  • [1] ¿En verdad os ha dicho D-os que no comáis de todos los árboles del jardín?
  • אַף כִּי אָמַר אֱ-לֹהִים לֹא תֹאכְלוּ מִכֹּל עֵץ הַגָּן

No todos los comentaristas leen las palabras de la serpiente como preguntas; algunos interpretan estas palabras como una afirmación. Así pues, estas palabras presentan una incertidumbre, ¿son realmente una pregunta que la serpiente hace a Javáh, o es simplemente una afirmación que refleja el “la forma de pensar” de la serpiente (a la que Javáh responde en concordancia)? ¿Son una pregunta o simplemente una ilusión (la mentalidad de la serpiente)?

La serpiente primordial simboliza nuestra inclinación subconsciente al mal. En hebreo, la raíz “serpiente” נ.ח.ש najash significa “adivinar”, una alusión a ilusión.

La propia cuestionable palabra (ya sea una pregunta o una afirmación), la primera palabra dicha por la serpiente (אףaf, traducida como, “¿En verdad, ha…?”), como sustantivo significa “ira”. La serpiente habla –proyecta su mentalidad– por ira. De allí proviene, al igual que los pastores que Yaakov conoció en la fuente, como vimos más arriba.

Sigue leyendo