בס”ד
¡El equipo de OrEinSof.com os desea un alegre Purim!
El rav Ginsburgh recibió esta pregunta:
¿Por qué la Meguiláh recibe el nombre de Ester y no el de Mordejai?
A lo que nuestro rav responde:
Mordejai, el tío de Ester (y según nuestros sabios, también su marido) fue su mentor. Por su propio ejemplo, se negó a inclinarse ante Hamán, y él le inspiró al autosacrificio. Siguiendo sus instrucciones, Ester puso en peligro su vida por ir –sin ser llamada– ante el rey Ajashverosh, para pedir por su pueblo.
A pesar de que Mordejai era el «maestro» y Ester la «alumna», el sacrificio de Mordejai fue más bien pasivo (negándose a inclinarse), mientras que el sacrificio de Ester fue activo.
Lo activo y lo pasivo en Kabaláh masculino y femenino respectivamente. Por lo tanto, Ester, la mujer y la alumna, es en realidad el hombre de la historia, mientras que Mordejai, el hombre y el maestro, es en realidad la mujer.
Por esta razón, el libro se llama «meguiláh» de Esther, quien es la protagonista activa –la heroína– de los acontecimientos.
Por esta razón, también, Ester mereció convertirse en la reina del imperio persa (incluso antes de su acto de sacrificio, puesto que Di-s conoce el futuro), mientras que Mordejai sólo mereció convertirse en virrey… designado por su propia sobrina, Ester.
La enseñanza para nosotros es que «la acción es lo principal». Con estas palabras, el Rebe de Lubavitch (posiblemente mejor identificado con la figura de Mordejai más que con cualquier otro personaje del Tanaj), concluía siempre sus exposiciones.
Con el fin de unificar a nuestro pueblo y por lo tanto merecer la redención verdadera y duradera, cada uno de nosotros –al igual que Ester– debe empezar a asumir un rol masculino, activo.
Ester comenzó dando instrucciones a Mordejai –antes de que ella fuese a ver al rey– para que reuniese al pueblo en ayuno y oración.
Debemos tomar el ejemplo de Mordejai pero debemos tener nuestra propia iniciativa, y además debemos actuar con autosacrificio. Así resonarán las palabras del Rebe en nuestros oídos:
«¡Haz todo lo que esté en tu poder para causar la redención verdadera y completa del Mashíaj, de inmediato!»
Traducción, Aviel Pérez.