בס”ד
Mordejai recordó lo que le hizo Amalek cuando salió de Egipto.
En el Shabat anterior a Purim (Shabat Zajor), después de la lectura habitual de la parashá, este año Parashat Tetzavé, se leen los versículos de Devarim 25:17-19:
«Recuerda lo que te hizo Amalek cuando saliste de Egipto».
Veamos cómo podemos relacionar a Mordejai, protagonista de nuestra próxima fiesta -Purim- con el precepto de recordar lo que nos hizo Amalek…
“Había cierto judío en la capital de Shushan de nombre Mordejai, hijo de Yaír, hijo de Shimi, hijo de Kish de la tribu de Binyamín” (Meguilat Ester, 2:5)
La genealogía de Mordejai así nos lo demuestra. Por un lado, el Targum nos sitúa a Mordejai como nieto de un tal Shimí ben Guera, que maldijo fuertemente al rey David, basándose en pruebas más que fehacientes. La retahíla de maldiciones que le refirió la denominamos klaláh nimretzet, donde nimretzet es el notarikon o acróstico de noef (adúltero), moaví (moavita), rotzeah (asesino), tzorer (opresor) y toeváh (abominador).
La reacción normal de un rey hubiera sido matarlo, pero… David calló y se contuvo, mostrando una gran sangre fría, concluyendo que si Shimi había dicho tales abominaciones era sólo porque eran verdad y el Cielo lo permitía.
Más increíble aun: David nombró a Shimi profesor particular su hijo, el Rey Salomón.
¿Qué vio David en Shimi ben Guera para actuar así, perdonándole la vida?
Vio que de él, de su descendecia, saldría Mordejai.
Ari HaKadosh, por otro lado, dice que Mordejai forma parte de la genealogía espiritual del rey Shaúl, por decirlo de alguna manera, el cual no hizo caso de las advertencias del profeta Shmuel de acabar con todos los amalakitas. Como consecuencia uno de los descendientes fue Amán haAgigi, protagonista de la Meguiláh de Purim, familia directa del rey Agag, rey de los amalakitas. Amán no tuvo tantos reparos en acabar con los judíos como Shaúl tuvo con los amalakitas.
Las dos historias, la de Shaul y la de Shimí, llevan un mensaje extraordinario: los dos se equivocaron radicalmente, uno al contrario del otro: El primero no vio el bien envuelto en mal, y el segundo no vio el mal envuelto en bien.
Shaul y Shimi provienen de la tribu de Benjamín, que es el único de los hijos de Yaakov que no conoció a su madre, porque su madre murió cuando él nació. Benjamín fue educado sin madre. La esencia de lo femenino es la bináh yeteráh es decir, la mujer fue dotada de una bináh suplementaria.
¿Qué es la bináh? Lehabín dabar mitoj davar es decir “ser capaz de comprender lo oculto en el interior de la apariencia”.
A estos representantes de la tribu de Benjamín les falta esa parte de bináh que posibilita traspasar la apariencia, y cada vez que se presenta una situación en que es necesario traspasar la apariencia, los descendientes de Benjamín se equivocan, hasta la llegada de Mordejai, que afortunadamente, no cae en el mismo error.
Mordejai no se deja engañar. Cuando Ajashvarosh invita a todos los pueblos a asistir a su famoso banquete, por supuesto kasher, dejando así a los judíos sin excusa para no asistir, todos asisten menos uno: Mordejai.
Mordejai es el único en captar la trampa. ¿Qué trampa? Guardar el exterior y la forma, mientras el interior está corrompido.
Según Arizal, cada mes corresponde a una parte específica de la cabeza. Adar está relacionado con la nariz y con el sentido del olfato, que es un sentido sutil, y el único sentido que no se vió envuelto en el pecado de Adam HaRishón. No en vano, como cita la guemará en maséjet Julin 139b, el nombre Mordejai proviene de Mor Dror, mirra pura, el primero y más apreciado de los ingredientes del aceite del shémen mishjat kodesh, el aceite de unción sagrado. Cuentan nuestros sabios que Mashíaj tiene el sentido del olfato muy desarrollado, y que «olerá» nuestros actos:
¡Que todos, como Mordejai, desprendamos fragancias de pura mirra cuando llegue ese esperado momento!
Purim saméaj.
— Moriáh Mazal, Barcelona.