Luz y Calor: Ojos y Corazón
Hay otro fenómeno escrito en la Torá, que el fuego tiene luz y calor. Está escrito que Jánuca es una festividad de luz y también de calor. La luz se relaciona con los ojos, como toda observación y visión, toda novedad, se relacionan con los ojos. El calor en cambio se relaciona con el corazón. El Baal Shem Tov amaba especialmente Jánuca por sobre las demás festividades. Amaba mucho la luz, y también el calor del corazón. Antes de revelarse, de hacerse conocido, acostumbraba recorrer los pueblos de Ucrania, y allí a todo judío, en especial a los niños, le ponía la mano en el corazón y lo bendecía que sea un judío cálido, en idish zol zain a vorme id .
¿Qué es el calor? Es amor, amor cálido a todo judío, y en esencia a toda la creación. El Baal Shem Tov nos enseñó que si Hashem creó algo es porque lo ama, y si Él lo ama también nosotros debemos hacerlo. Comenzando por nuestro pueblo de Israel, porque está escrito debes amarlo verdaderamente “como a ti mismo”. Y fuera de nosotros, hay que amar a toda criatura, todo lo que Hashem creó en el mundo, porque todo lo creó con una finalidad, para que Él pueda morar en este mundo inferior, con nosotros en todo nuestro mundo. Amor es calor.
Entonces, está escrito que Jánuca es en esencia dos cosas, luz y calor. Por supuesto que ambos van juntos, si hay luz hay calor y si hay calor hay dentro suyo y detrás energía, luz, radiación, rayos de luz. Pero, nuevamente, la luz se revela en los ojos y el calor en el corazón. También en el pueblo de Israel están los “ojos de la congregación”, los sabios, aquellos que enseñan la Torá, son nuestros ojos. Tenemos que conectarnos con los ojos. Quién quiere ver luz, y más todavía irradiar luz, difundir la luz, tiene que tener ojos buenos y sanos, entonces hay que conectarse con los ojos de la congregación, que son los justos de la generación.