Cuando el Cuadrado se transforma en un Círculo
El sevivón o dreidel tiene la forma de cono, con cuatro caras cuadradas y un cono cuya punta inferior puede dar vueltas. Hacerlo girar causa que sus contornos cuadrados desaparezcan redondeando sus aristas.
Conceptualmente, sus caras y aristas cuadradas representan la lógica matemática y silogística de la antigua Grecia, sobre las cuales triunfaron los Macabeos tanto material como espiritualmente. Los Macabeos, fieles a nuestra fe en un Dios, creían y sobre todo llevaban a la práctica su creencia de que una visión de la vida y la naturaleza basada sólo en el racionalismo humano es insuficiente. Porque hay además un Dios infinito que trae la realidad a la existencia sin límites. Entonces, los contornos redondeados revelados por el dreidel al girar representa el reino de lo Divino, que se manifiesta en forma de milagros, aquellos eventos que no pueden ser comprendidos e incluso a veces no pueden ser percibidos por la mente humana racional.
Utilizando la terminología del Jasidut, los contornos redondeados del sevivón/dreidel girando representa la revelación de la luz abarcadora de Dios, refiriéndose a la energía con la cual el Todopoderoso sostiene la realidad. Este aspecto de Dios es descripto como circular porque Él sustenta a toda la realidad por igual, desde la partícula más diminuta hasta el cúmulo más enorme de galaxias. Así como el círculo no tiene arriba y abajo y todos los puntos de su circunferencia son equivalentes, desde la perspectiva de la luz abarcadora de Dios abarcadora o circundante de Dios, toda la realidad tiene igual importancia y es sostenida permanentemente. Así como Dios establece las leyes de la naturaleza, sólo Él tiene el poder de alterarlas.
En contraposición, la forma cuadrada del dreidel representa la experiencia constante de la luz interior de Dios, refiriéndose a la energía con la cual el Todopoderoso es percibido por nuestra conciencia. En otras palabras, es la capacidad de revelar las diferentes formas en que la Divinidad se inviste en las distintas partes de la naturaleza, según la diferente capacidad de percibir a Dios que tiene cada individuo. Por esta razón, la luz interior de Dios está asociada con una línea recta (como las del contorno de las caras del dreidel ), que tienen un principio y un final, que indica la existencia de una gradación.
La luz abarcadora o circundante (redonda) revela la naturaleza infinita de Dios; la luz interior (cuadrada) revela Su naturaleza finita. Los milagros suceden a partir de la luz abarcadora de Dios, desde Su naturaleza infinita.
Entonces nosotros no somos los únicos que jugamos con el dreidel . En cierto sentido, siempre que ocurre un milagro nos podemos imaginar que Dios también está jugando con Su enorme dreidel cósmico. Al girar este dreidel abstracto, Dios le da vueltas a Su luz interior, a Su naturaleza finita revelada tal como la experimentamos normalmente, difumando las reglas lógicas estrictas que gobiernan la realidad y permitiendo que Su naturaleza infinita se revele. Podríamos decir que Dios está continuamente haciendo girar los milagros en la naturaleza.
Al meditar en el acto de tirar nuestro propio dreidel de madera, nos conectamos e identificamos con lo Divino y demostramos nuestro deseo de ver más allá de la faceta cuadrada y lógica de la naturaleza. Creer y conectarnos con el reino infinito y circular del espacio infinito de Dios. En efecto, meditar en el giro del dreidel tiene el poder de abrir nuestros ojos a los milagros.
¿Qué hay en un Nombre?
Para apreciar más profundamente el encanto de este pequeño juguete, continuaremos analizando su nombre. Como es bien conocido, el nombre de un objeto (particularmente en hebreo), revela su esencia. El dreidel tiene tres nombres que vamos analizar ahora. Primero, en hebreo es llamado sevivón , סביבון , que evidentemente es el más sagrado de los tres. En yídish se llama dreidel. En castellano se podría llamar trompo o perinola.
Continuará