בס”ד
En la entrega anterior:
La naturaleza permanente de puente que provee daat entre el intelecto y las emociones, nos ayuda a “ser realistas”, “estar en la realidad”. Sin la habilidad de daat de ser el puente de las percepciones objetivas de la mente, las emociones pierden contacto con la realidad.
1. Unificar encontrando una cualidad compartida
Aunque dos cosas puedan ser opuestas, se pueden unificar analizándolas y encontrando alguna cualidad que compartan. Por ejemplo, en el fuego hay una cualidad de agua oculta y visceversa. Para la mente y el corazón, esto significa que la mente tiene emociones (intelectuales) y el corazón intelecto (emocional). Subsecuentemente, las estas cualidades interincluidas conectan y facilitan la unión.
Otro ejemplo, un hombre y una mujer se unen encontrando lo masculino en la mujer y lo femenino en el hombre.
A diferencia de la unión alcanzada por la nulificación a una causa común, la unidad que se consigue a través de la interinclusión es un proceso de maduración (simplemente autoanularse no requiere necesariamente un alto grado de madurez). Dicho de otra manera, el análisis por medio de la meditación es un ejercicio de maduración.
2. Unificar por medio de una tercera parte (memutzá hamejaber)
Una tercera parte, que no es ya de una autoridad superior a la de las dos partes opuestas, pero que es capaz de hacer la paz entre los dos “rivales”.
Por ejemplo, podemos sugerir a una pareja que está teniendo problemas que vaya a un consejero matrimonial. Este no es necesariamente “superior” que el hombre y la mujer, pero está capacitado para negociar entre ellos.
Como ejemplo adicional, otro papel de las almas justas mencionadas anteriormente es de actuar como una “tercera parte” para conectar al pueblo judío con Di-s.
La “tercera parte” actúa “estrechando” metafóricamente las manos de los dos rivales. En el Tania mencionado arriba, daat (cuyo rol es unificar de esta manera) se define como “conectando” utilizando dos términos hebreos diferentes: hitkashrut e hitchabrut. Esta última, aunque significa “conexión”, proviene de la palabra hebrea “amigo” (javer). Así, en este caso daat actúa como un “amigo” que une las dos partes extendiendo sus manos.
Como tal, se considera que daat posee tanto empatía y compasión, que le permite conectarse al corazón, como una inteligencia inherente, que le posibilita conectarse con la mente.
3. Unificar por medio de la jerarquía
Cuando dos personas tienen el mismo estatus, como en una corporación; o el mismo rango, como en el ejército; deben decidir quién va a conducir y quien va a obedecer. Aquí la clave es que un lado se somete al otro por razones prácticas. En esencia los dos permanecen iguales, pero en la práctica uno acepta la autoridad del otro.
Por supuesto, en cada situación la relación puede cambiar.
En relación a la mente y el corazón, este tipo de relación es conocida como “la mente rige sobre el corazón” moaj shalit al halev (Tania cap. 12. Basado en Zohar III, 244a).
Esta observación, que la mente tiene el poder de controlar el corazón, es una de las más psicológicas que ofrece el Zohar y es la piedra angular del jasidut, particularmente Jabad. Sin esta habilidad innata de la mente, la mayoría de la gente no sería capaz de actuar de una manera que estimule la creación de una sociedad productiva. Un individuo que no puede controlar sus emociones está “patas arriba”.
No obstante, en los grandes tzadikim la esencia íntima del corazón rige sobre la mente. Al contrario de la gente común, ellos pueden confiar completamente en la orientación intuitiva de su corazón.
El punto principal aquí es que la relación entre el corazón y la mente es de jerarquías. En los niveles superiores de la jerarquía, los roles se intercambian. Esta jerarquía puede ser sin fin.
Otro ejemplo de unión por jerarquía traído en jasidut es: ¿cómo puede una persona sabia puede llegar a considerar y pensar en una persona muy simple con quien no tiene nada en común?
La única manera en que esto puede suceder es si la persona sabia pudiera pedirle un favor a la persona simple. En el lenguaje de la Toráh esto es llamado una mitzvá, un precepto. El favor, por así decirlo, de realizar el mandato liga y une al gran hombre con el simple. Hace de este una verdadera persona para el sabio.
De la misma manera, para crear un lazo con nosotros, el Todopoderoso nos ordena hacerLe “favores”, por así decirlo, cumplir Sus preceptos y al hacerlos crear un lazo entre Él y nosotros. Ilustrando esta metáfora, el Baal Shem Tov enseñó que la palabra hebrea para “precepto”, mitzváh, proviene de la palabra tzavta, que significa “juntar”. El inmenso amor de Di-s se pone de manifiesto en Su voluntad de “limitarSe” o “contraerSe” de tal manera que puede parecer que Él nos necesita, creando así un vínculo de unión con nosotros.
Continuará