En la entrega anterior:
De esto aprendemos que conseguir un balance entre ellos es unirlos realmente en un matrimonio metafórico dentro de cada uno de nosostros.
El objetivo de la Toráh siempre es unir, la primera tarea en pos de tal objetivo debe ser respecto a nuestras percepciones y experiencias. Las experiencias llevan más fácilmente a la acción que las percepciones.
Daat como Puente
La Kabaláh habla de tres tipos de canales “interconectores” en el alma.
- 32 Senderos de Sabiduría (jojmá)
- 50 Portales de Entendimiento (biná)
- 72 Puentes de Conocimiento (daat) Ver Zohar III, 227a; Likutei Torah del Alter Rebbe III, 36d
A veces los 72 puentes se asocian con bondad, por cuanto el valor numérico de esa palabra en hebreo, jésed, es 72.
El rol de un puente es conectar dos cosas que están separadas por un abismo o valle, esto es, son opuestas.
Estos tres números mencionados arriba (32, 50 y 72) son parte de una serie matemática conocida con la de los “cuadrados dobles”. Cada número de la serie es dos veces el valor de un cuadrado:
- 32 = 2 . 42
- 50 = 2 . 52
- 72 = 2 . 62
La serie completa, cuya función es 2n2, es: 2, 18, 32, 50, 72, 98…
Ese 72 está compuesto de dos 36, que se asocia a la declaración de nuestros sabios que en cada generación hay 36 almas justas. El Zohar agrega que además de las 36 almas justas “reveladas” (las que se conocen), hay otras 36 adicionales que permanecen “ocultas” (algunas veces incluso de ellas mismas), sumandos 72 almas en total. La tarea de estos justo stzadikim es hacer un puente entre las diferencias del pueblo judío.