Parasháh Reéh | Las Montañas Místicas (1)

בס”ד

Amigos y amigas de OrEinSof.com,

Shalom. Antes de nada, quisiéramos disculparnos por no disponer del habitual vídeo-comentario del rav Ginsburgh, como hacíamos hasta antes del verano. Estamos mirando de poder volver a publicaros semanalmente esa información, que sabemos que era de vuestra preferencia. Gracias por vuestra compresión.

En su lugar, y también con el mismo agrado, lo que presentaremos hoy es un comentario de una persona a quien conocéis much@s de vosotr@s –sobre todo quienes participaron en el seminario y le vieron junto con el rav Ginsburgh. Hablamos del querido Jaim Frim, quien es director de La Dimensión Interior, canal de habla hispana del Instituto Gal Einai de Israel.

Como es normal, el rav Ginsburgh no puede faltar en nuestro canal, que difunde sus enseñanzas en castellano, desde Barcelona para toda España y otros países castellanohablantes (donde nos siguen ya otr@s amig@s). Así pues, este comentario sobre la parasháh Reéh está inspirado en las enseñanzas del Rav Ginsburgh.

Hoy os presentamos un comentario muy completo, con guematria, tehilim, mucha sabiduría, geografía… con la que iremos desde el Monte Moriáh hasta el Monte Sinay. ¡Que lo disfruteís y shavúa tov!

bShalom,

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Las Montañas Místicas

La montaña representa la imagen de los Patriarcas. A partir de la fe en Di~s que ellos cimentaron, el Pueblo Judío recibió su misión Divina de traer el conocimiento del Creador al mundo entero. Este es un sumario de una audio-meditación en la que el rav Ginsburgh diserta acerca de la imagen de las dos montañas mencionadas en nuestra porción semanal de la Toráh y su conexión intrínseca con la Toráh misma, el Templo, el Mashíaj y la misión del Pueblo Judío de diseminar el conocimiento de la Nada Divina por el mundo.

Reéh significa «ve». Luego del ingreso del Pueblo Judío a la Tierra de Israel, el primer lugar donde se les ordenó detenerse fue en la ciudad de Shejém, donde los sacerdotes y los levitas habrían de expresar las bendiciones que Di~s les concedería cuando hayan de cumplir con la Toráh, o la maldición de Di~s en el caso contrario.

A seis tribus se les encomendó ascender al monte Grizim, al sur de Shejém, para recibir la bendición y a las otras seis ascender al monte Eival, al norte, para recibir la maldición.

La bendición y la maldición son apreciables a simple vista en los montes mismos, ya que el Grizim, la montaña de la bendición, es verde y frondoso. El Monte Eival, de la maldición, es gris y árido.

En Kabaláh, aprendemos que estas dos montañas representan a los dos ojos. Grizim al ojo derecho correspondiente a la sabiduría, de donde emana la bendición pura. El monte Eival, por su parte, representa el ojo izquierdo del entendimiento, por donde se manifiestan los juicios, hasta los más severos.

Monte Eival, Israel.

El Origen de la Maldición

El hecho de que en el monte Eival se pararan seis tribus, significa que allí se encontraba el elemento positivo de la maldición. En hebreo, esta palabra se dice klaláh, kuf- lamed- lamed- hei, cuya raíz es kalal, kuf-lamed-lamed, que significa «luz brillante y resplandeciente«, como en la expresión nejoshet kalal, «cobre brillante».

En su origen, una maldición es una luz brillante y resplandeciente, cuyo brillo puede enceguecedor puede llegar a ser imposible de entender e incorporar a nuestra conciencia.

Aunque es el resultado de una transgresión, no es un castigo o una expresión de revancha Divina, Di~s lo prohíba, antes bien, cuando proviene de la Toráh, es de un origen muy elevado cuyo propósito es el de rectificar las almas de aquellos que han transgredido.

Justamente por la naturaleza sublime de la maldición, el altar sagrado construido una vez llevada a cabo la ceremonia de las dos montañas fue erigido específicamente en el monte Eival, el lugar más apropiado para el resplandor cegador de la maldición.

Obviamente, Di~s desea que nos regocijemos sólo con el bien manifiesto, para lo cual nos dio la Toráh y los mandamientos como guía para alcanzarlo. Pero sin embargo, a un nivel más profundo, la interacción entre la bendición y la maldición crea un estado de equilibrio y estabilidad en la conciencia y el alma del pueblo judío que hace necesarias a ambas.

Monte Jermón, Israel.

La Corona Sobre los Ojos

La parasháh Devarim discute acerca del monte Jermón, al norte de Israel. Esta es la primera montaña que ha de ser vista por el pueblo judío al retornar a Israel en los tiempos mesiánicos. Es una montaña alta, cuyo pico está cubierto de nieve en el invierno, representando el cenit de la fe en el nivel supraconciente de la corona del pueblo judío.

Junto con el Grizim y el Eival, el Jermón forma un trío con forma de triángulo, llamado segolta. El Jermón representa la corona del pueblo judío y está en el vértice superior del triángulo. Puede ser percibido como el tercer ojo en medio de la frente, que visualiza la corona. El monte Grizim, representando la sabiduría del ojo derecho, está en la esquina derecha, mientras que el Eival, que representa el ojo izquierdo, está a su izquierda.

Esta imagen también puede ser visualizada en colores. Arriba la nieve blanca del Jermón, a la derecha el verde y floreciente Grizim y a la izquierda el gris y árido Eival. El gris está más cerca del blanco que el verde, implicando que aquí hay un ciclo que comienza en el Jermón, sigue con el Grizim, el Eival volviendo nuevamente al Jermón.

Continuará, con «La Matemática Montañosa, El Perfecto y el Duo Amigable, el Monte Moriáh y el Monte Sinay»

¡No te lo pierdas!