Diez pruebas, diez días, diez mandamientos

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Fuente: rabino Yaakov ben Meír Julí en su obra Meam Loez, Génesis, ed. Gredos, col. Biblioteca Sefardí.

En esta parashá de Vayerá aparece la Akedá (atadura), que conocemos en español por “sacrificio” de Isaac, y por ser historiaEl sacrificio de Itsjak muy estimada nos ordenaron los Hombres de la gran Asamblea que esta parashá la digamos cada día en las zemirot de la Tefilá, (es decir, se lee cada día al principio del rezo de la mañana), y también que se lea el día de Rosh Hashaná en el Sefer Torá, que siendo día de juicio conviene mencionar este relato de la Akedá, que fue en día de Rosh Hashaná, porque toda la riqueza que tenemos todo el pueblo de Israel es de esto. Y así, en cada hora de angustia nos akudimos con esta parashá, rogando al Señor que tenga piedad con nosotros, y nos libre por el mérito de la akedá. Y por esto dice el versículo: vayishlaj Abraham et yadó va ykaj et ha majelet (22,10) “y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo”, que se llamó al cuchillo maajelet, que es referencia a que todo lo que comemos y tenemos bien en este mundo es por aquél cuchillo.

Y todos los sabios están de acuerdo que este mérito de la akedá no tiene límite, y cuando hay alguna angustia en el mundo y hacemos tefilá a Hashem, siendo que rogamos que se acuerde de la akedá, se apiada de nosotros. Y será muy bueno de hacer de manera de derramar unas cuantas lágrimas cuando leen esta parashá, y recibir sobre sí de entregarse a sí mismo “al kidush Hashem”, para santificar el Nombre de Dios, para no transgredir las órdenes de Dios, y será provecho grande para perdonar los pecados rogando a Hashem que nos de fuerza para quebrantar el Yetser Hará. Y hay quien dice que la akedá fue en día de kippur a horas de minjá.

Y antes de empezar a explicar esta parashá debéis saber cuántas veces probó Hashem a Abraham avinu, que atinando bien en todo lo que supimos desde el final de la parashá de Noaj hasta aquí, verás cómo son 10.

Primero es la angustia grande que tuvo en la ciudad de Cashdim, que lo echó Nimrod dentro del horno de fuego, conforme vimos al final de la parashát Noaj.creación

Segundo es que ordenó el Señor que se apartara de su padre y de su familia que esto es dolor grande de alejarse la persona de sus parientes y de sus amigos e irse a ciudad ajena, y en particular que no le dijo Hashem a qué ciudad debía ir, y su angustia era mucho por no saber la cantidad de su camino, según avisé en la parashá de Lej Lejá, capítulo1.

Tercera es aquella hambre que hubo en la tierra de Kenaan, que en todo el mundo hubo hartura, solamente en la ciudad que estaba Abraham hubo hambre, y no quiso volver a la ciudad de su padre por no transgredir la orden de Hashem, y se fue a Egipto, según contamos en la parashá Lejlejá, capítulo segundo.

Cuarta, es que entrando en Egipto se llevó el Faraón a Sará a su palacio, según contamos en dicho capítulo.

Quinta es que se vinieron todos los reyes para matarlo (Gn. 14, 1ss) y dijeron: “empezaremos con Lot, su sobrino, y cuando vendrá Abraham para liberarlo, nos vengaremos de él” Y siendo atraparon a Lot y a toda la gente de Sodoma y Gomorra, salió Abraham y guerreó con ellos y su angustia fue grande de guerrear con tanta gente, según contamos de largo en dicha parashá, capítulo tercero.

Sexta, es el relato del pacto entre las partes (brit ben habetarim) que le advirtió acerca del Galut y los sufrimientos que deben de tener sus hijos en el gehinnam, si serán malos.

Séptima prueba: es que teniendo 99 años le ordenó Hashem que se circuncidara y su dolor fue grande, en especial en su vejez, que esperaba engendrar algún hijo y por tanto necesitaba estar fuerte, y en vez de esto se cortó las carnes de modo que se debilitó su fuerza.

La octava prueba: es que cuando se fue a la tierra de los Filisteos mandó el rey Abimelej y tomó a Sará a su palacio.

Novena, cuando se hizo grande Isaac, un día vió Sará a Ismael que se puso detrás de la pared y le lanzó una flecha para matarlo. Y fue Sará y le dijo a Abraham: “quiero que esta hora le escribas a Isaac para que sepa todo lo que juró Hashem darte, porque no quiero que el hijo de la esclava sea heredero junto con Isaac. Y le ordenó Hashem que sacara a Hagar de su casa, y a su hijo con ella. Y de todos los males que pasaron por su cabeza, no le pesó tanto esto de echar a su hijo de su casa.

Décima prueba: es este relato de la akedá, que cuando ya alcanzó a engendrar un hijo, le ordenó que lo degolle.

Y así nos presentó Hashem diez días en el año, que son los días que hay entre Rosh Hashaná hasta Kipur, y se llaman aseret yeme teshubá diez días de arrepentimiento”, que son días muy estimados que se recibe la tefilá que dice la persona y la teshubá que hace más que el resto de todo el año, y dichos días son paralelos a dichas diez pruebas que lo probó Hashem a Abraham avinu, que por su mérito tuvimos esta ventaja. A su vez, son paralelos a los diez mandamientos, que con ellos se creó el mundo, según avisé en la parashá de Bereshit.

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